El Casón del Buen Retiro abre sus puertas al público para mostrar, entre otras muchas obras, la magnífica bóveda del artista italiano Luca Giordano, terminada de restaurar recientemente. La entrada al Casón será gratuita, hasta el 4 de mayo, en horario de miércoles a domingo de 12.00 a 20.00 horas.
La bóveda de Luca Giordano es una obra importante, que ha sido restaurada en un proceso duro que comenzó en el 2001 y con el que se ha conseguido recuperar la pintura original en casi un 80 por ciento. Además de esta pintura, en la exposición se puede ver un conjunto de 56 obras del mismo artista, que proceden en su mayor parte del Museo del Prado, de Patrimonio Nacional y de colecciones particulares. Se trata de un conjunto de planos, acuarelas y estampas que han permanecido ocultas hasta ahora.
La bóveda, pintada durante el reinado de Carlos II, representa la Alegoría del Toisón de Oro, como homenaje a la monarquía española. En ella aparecen diferentes escenas que ensalzan la grandeza histórica de España, su triunfo sobre la herejía o la fundación de la Orden de Toisón, orden civil y de caballería fundada en 1429.
Centro de Estudios del Museo
Mientras se celebren estas jornadas de puertas abiertas, los responsables del Museo del Prado seguirán trabajando en el Casón para convertirlo en el futuro Centro de Estudios del Museo del Prado, que contará con una gran biblioteca y una sala de lectura justamente debajo de la bóveda de Giordano. El edificio tendrá tres plantas más en las que estarán ubicados el archivo, el centro de documentación y la sala de exposiciones.
El Casón del Buen Retiro, llamado así por el aspecto de dejadez y de abandono que presentó durante varios siglos, fue edificado durante el reinado de Felipe IV en 1637. Es, junto con la Iglesia de los Jerónimos y el Museo del Ejército, uno de los edificios que han sobrevivido a la destrucción del Palacio del Buen Retiro, lugar de descanso y recreo del monarca y que se utilizaba como salón de bailes.
Desalojan varias salas del Prado
Por otro lado, en el Museo del Prado, varias de las salas fueron desalojadas recientemente por un problema con el “sistema de climatización”. Se trata de las salas que abarcan la colección del siglo XIX, inauguradas el pasado 21 de octubre en la ampliación de las instalaciones del mismo museo. Dos meses después de la obra, el Prado tuvo que cambiar algunas baldosas que se habían deteriorado, hecho que fuentes del propio Museo justificaron como algo previsible por el tipo de piedra utilizado. Esas mismas fuentes confirmaron que las obras de arte no han estado en ningún momento afectadas por la filtración del agua. “Fue un fallo en el sistema de climatización, provocado por una interrupción momentánea de la fuente de alimentación”, que generó un aumento de la humedad relativa, por lo que, a modo de prevención, se decidió desalojar las salas y desmontar las obras expuestas en ese espacio hasta que se recuperaron las condiciones ambientales idóneas. La sala se abrió al público al día siguiente, sin ningún daño en las obras exhibidas.
