A pesar de la construcción de dos aparcamientos que ofrecerán más de 1.500 plazas para residentes, muchos de los vecinos de la zona se han quejado de la larga duración de las obras, que ha afectado a su vida diaria. Uno de los grupos más afectados ha sido el de los comerciantes, que han visto como durante los meses en los que se han estado ejecutando las obras, la clientela ha bajado e incluso algunas tiendas han tenido que cerrar a causa de la re-ducción de ventas.
Otros, no están satisfechos con la ampliación de la acera, que ha traído consigo la eliminación de uno de los carriles de circulación para los vehículos privados. “No necesitamos una acera tan ancha, y sí más espacio para los camiones que descargan en la misma calle”, afirman.