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Tensa inauguración del monumento homenaje a las víctimas en el tercer aniversario del 11-M

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El velo negro por fin cayó, dejando al descubierto una cúpula cilíndrica de vidrio que lleva escrita la memoria de las víctimas del 11-M. El monumento homenaje del pueblo de Madrid a los que perecieron en la masacre no pudo tener fecha más oportuna para su inauguración: el pasado 11 de marzo, tercer aniversario de los atentados. Pero tras el silencio que presidió el acto, afloró la crispación política en forma de enfrentamientos verbales entre los presentes.

Principales autoridades
El acto, lleno de solemnidad, estuvo presidido por Sus Majestades los Reyes y los Príncipes de Asturias. También asistieron el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el jefe de la oposición, Mariano Rajoy; la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre; la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez; y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, entre otras autoridades. Los Reyes recorrieron la sala situada bajo el monolito donde se encuentra la placa conmemorativa con los nombres de los fallecidos en el atentado. Tras una ofrenda floral, se guardaron tres minutos de silencio. El acto finalizó con la pieza musical “El canto de los pájaros” de Pau Casals, interpretada al violonchelo por Antonio Martín Acevedo.

Características técnicas
El monumento, de aspecto vanguardista, lo componen una cúpula de 11 metros y 160 toneladas, formada por una capa de bloques de vidrio y otra interior de ETFE, material similar a una gasa ligera y transparente donde se encuentran impresos los mensajes escritos los días sucesivos al 11 de marzo de 2004; y una sala azul bajo rasante situada en el vestíbulo de la estación de Atocha para observar la cúpula y los mensajes desde abajo.

Enfrentamientos verbales
No hacía ni 24 horas que se había disuelto la gran manifestación convocada por el PP contra la política antiterrorista de Zapatero; si a esto se suma la trágica efeméride que se conmemoraba, el estallido de la tensión política era de preveer. Zapatero y Rajoy no se miraron a la cara al darse la mano; ambos recibieron insultos por parte de unos y otros. Un familiar de dos víctimas del 11-M exhibió una pancarta que pedía prisión para Acebes y Aznar por crímenes de guerra: reparto de aplausos y abucheos. Cruce de acusaciones entre ciudadanos rabiosos: “¡Socialistas golpistas!” “¡Fachas asesinos!” Alguien murmuraba: “¿Qué ejemplo estamos dando a nuestros hijos?”…

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