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La batalla de Alcántara:Felipe II se convierte en el dueño del Mundo

La batalla de Alcántara.jpg

Antecedentes de la batalla de Alcántara

Tras la muerte del rey Sebastián I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir de 1578 sin herederos directos que le sucedieran, el trono de Portugal fue ocupado por su tío-abuelo el cardenal Enrique I el Casto. A la muerte de éste en enero de 1580, también sin herederos, sobrevino una crisis sucesoria en el país; mientras la regencia provisional del reino era asumida por un consejo de cinco gobernadores, la titularidad del trono fue disputada entre varios pretendientes.

Felipe II mostró enseguida sus credenciales.

Envió como embajador a un hombre de su confianza, Cristóbal de Moura, para que convenciera a la nobleza y el clero de que respetaría la lengua, la moneda y las instituciones portuguesas. Pronto recibió apoyos de los jesuitas, los comerciantes de las Indias y una parte significativa de la nobleza, para lo cual Felipe tuvo que invertir recursos y rescatar a los más de 800 caballeros que habían quedado presos en Alcazarquivir. Las perspectivas eran buenas. Felipe se presentaba como hijo de Isabel de Portugal y nieto de Manuel I el Afortunado. Él era el varón de más edad y su madre estaba por delante en cualquier línea sucesoria respecto a sus rivales. A don Antonio, prior de Crato, lo descartaba por ser hijo natural del infante don Luis y no haber sido reconocido.

Coronación de don Antonio

El 20 de junio de 1580 Antonio de Crato se autoproclamó rey en Santarém, con el apoyo popular.Inmediatamente comenzó a reclutar soldados para el ejército que habría de enfrentarse a los españoles, marchando hacia Lisboa.Mientras Felipe II, que ya había desplegado su ejército en la frontera, dio la orden de invadir Portugal. Sus tropas llevaban semanas movilizadas, pero el monarca quería apurar las opciones constitucionales.

Felipe II entra en Portugal

En junio de 1580 el ejército español reunido por Felipe II en Badajoz entró en Portugal por Elvas, con 35.000 hombres bajo el mando del  Fernando Álvarez de Toledo ( Duque de Alba).Al mismo tiempo en Cádiz se formó una flota de 64 galeras, 21 naos y 9 fragatas, además de 63 chalupas, cuyo mando se encomendó a Álvaro de Bazán.

Las fuerzas españolas que estaban al frente del experimentado Gran Duque de Alba contaban con 18.000 hombres y 1.800 jinetes, pues los restantes se habían quedado repartidos en el camino asegurando las plazas tomadas.

El ejército portugués estaba formado por 25.000 de infantería y 2.500 de caballería. Francisco de Portugal, conde de Bimioso, era general de estas fuerzas junto con su tío Juan de Portugal, obispo de la Guarda. Diego López de Sequeira era general de las galeras; de las naos y galeones lo era Gaspar Brito.

Los dos ejércitos se encontraron a ambos lados del río Alcántara, a unos diez kilómetros al oeste de Lisboa. Los españoles, llegando desde el oeste, ocuparon la margen derecha del río, que a pesar de bajar seco por lo caluroso de la estación, suponía un obstáculo por lo empinado de sus taludes.

La batalla de Alcántara se inició con un intenso fuego de artillería por ambos bandos; los españoles, tras dos intentos fallidos, consiguieron cruzar el río por el puente de Alcántara, cerca de la desembocadura, mientras Sancho Dávila con sus fuerzas conseguía atravesarlo río arriba. En el breve combate que siguió, las experimentadas tropas del duque de Alba derrotaron a las portuguesas de don Antonio, obligándolas a retirarse en dirección a Lisboa. Don Antonio conseguiría escapar hacia el norte, en dirección a Coímbra y Oporto, acosado por Sancho Dávila.

Consecuencia de la batalla de Alcántara

Habían sido sólo cuatro meses de oposición que Felipe había zanjado de modo jactancioso, diciendo del nuevo reino que anexionaba: «Lo heredé, lo compré, lo conquisté». En efecto, el rey español había tenido que remover sus arcas para conseguir el apoyo mayoritario de la nobleza. Sin embargo, no era exactamente una anexión. Portugal no quedaba anexionado a Castilla, como muchos portugueses temían, sino que ambos reinos quedaban unidos por lazos dinásticos.

Portugal y España tenían dos claros frentes comunes, la expansión en el Nuevo Mundo y el fortalecimiento del ideal cristiano que ambos compartían. En cualquier caso, Felipe II ganaba más con la incorporación de Portugal que los portugueses bajo su mando. Lograba un comercio más rico con la incorporación de las rutas orientales y lograba una mejor defensa del Atlántico gracias a las Azores. También mejoraba sus perspectivas respecto a los insurgentes de los Países Bajos, a quienes podían llegar a bloquear comercialmente.

Con la incorporación de Portugal,el Imperio Español se convierte en el primer y mayor imperio global de la historia, porque por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes, las cuales, a diferencia de lo que ocurría en el Imperio romano o en el carolingio, no se comunicaban por tierra las unas con las otras.

Fuentes:libertaddigtital y Wikipedia

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