Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

La Guerra de Sucesión Española: La Gran Guerra Europea

Guerra-Sucesión-española- a. fragmento del tapiz (1).jpg

La Fundación Carlos de Amberes (FCA) y Acción Cultural Española (AC/E) inauguró recientemente una exposición que propone volver nuestra atención hacia la dimensión verdaderamente internacional del conflicto que dio lugar a las paces de Utrecht hace ahora tres siglos, unas paces que pusieron fin a una de las mayores conflagraciones europeas de la Edad moderna y acabaron dividiendo la gigantesca herencia de Carlos II. Aquellos tratados constituyeron una aportación esencial en el proceso de cooperación y gestión diplomática de los conflictos entre las potencias europeas que perdura hasta nuestros días. Fruto de él fue el establecimiento de una política de equilibro (balance of power) y la aceptación de la diversidad confesional que había en el continente europeo.

La exposición, comisariada por Bernardo J. García García, ayuda a entender lo que pasó y a responder mejor a los desafíos de nuestro presente. Sin duda, la mejor lección de aquella cultura diplomática es que en una buena negociación todos deben ceder para obtener una solución más duradera y equilibrada.

La Guerra de Sucesión española (1701-1715) ha sido entendida y explicada en España y sobre todo manipulado por el nacionalismo catalán a menudo, como si se tratase de un conflicto civil e interno marcado por el disputado cambio dinástico entre los Austrias y los Borbones, la supresión de  fueros tradicionales en la Corona de Aragón al crearse el nuevo Reino de España, la pérdida de Gibraltar y Menorca, el exilio forzoso de los partidarios del archiduque Carlos (Carlos III)… Sin embargo, este conflicto internacional tuvo una amplia dimensión europea  y estuvo sujeto a los vaivenes políticos y diplomáticos de los contendientes en un tablero con diversas soluciones en el reparto de territorios y con consecuencias globales (norte de África, América…). Por esa razón es considerada como un hito relevante en la historia y la cultura de Europa.

El último rey de España de la casa de Habsburgo, Carlos II el Hechizado, debido a su esterilidad y enfermedad, no pudo dejar descendencia. Durante los años previos a su muerte –que acaeció en noviembre de 1700– la cuestión sucesoria se convirtió en asunto internacional e hizo evidente que España constituía un botín tentador para las distintas potencias europeas. En resumen, la elección de Felipe de Anjou se debió a que el gobierno español tenía como prioridad principal la conservación de la unidad de los territorios del Imperio español, y Luis XIV de Francia era en ese momento el monarca con mayor poder de Europa y, por ello, prácticamente el único capaz de poder llevar a cabo dicha tarea.

La apertura del Imperio español al comercio francés confirmó el temor de las dos potencias marítimas de la época, Inglaterra y las Provincias Unidas, de que Francia pretendía adueñarse del comercio español con América, por lo que el 20 de enero de 1701 firmaron una alianza para realizar operaciones conjuntas contra Francia y dieron su apoyo a las aspiraciones del segundo hijo del Emperador Leopoldo I al trono español,el Archiduque Carlos. Así el 7 de septiembre de 1701 se firmó el Tratado de La Haya que dio nacimiento a la Gran Alianza, formada por el Imperio, Inglaterra, las Provincias Unidas de los Países Bajos, Prusiay la mayoría de los estados alemanes, que declaró la guerra a Luis XIV y a Felipe V en mayo de 1702. El reino de Portugal y el Ducado de Saboya se unirían a la Gran Alianza en mayo de 1703.

Empieza la Guerra de Sucesión Española

La guerra se inició al principio en las fronteras de Francia con los Estados de la Gran Alianza, y posteriormente en la propia España, donde se convirtió en una guerra europea en el interior del país.

En las primeras fases entre 1701 y 1708 la contienda se desarrolló en el norte de Italia, en los Países Bajos, en las costas españolas (Cádiz, Vigo, Gibraltar, Málaga), en la frontera de Portugal y en el área del Alto Rin y el Danubio. En esos años se suceden las derrotas de los ejércitos borbónicos: Blenheim (1704), Ramillies y Turín (1706), Nápoles (1707) y Oudenaarde (1708). Parecía afianzarse la pérdida de los dominios italianos y flamencos de la Monarquía Hispánica al tiempo que Felipe V consolidaba cada vez más sus posiciones en la península ibérica. La cruenta batalla de Malplaquet (1709), de resultado bastante incierto, frenó el avance aliado.

La Guerra de Sucesión se traslada a España

Tras recuperar el control de la capital y obtener la victoria en Almansa (1707), las tropas borbónicas consiguieron rechazar con algunas dificultades iniciales la última ofensiva aliada al mando de Stanhope y Stahremberg en 1710 (Brihuega, Villaviciosa y Zaragoza). El frente peninsular se trasladó a Cataluña y allí el episodio más significativo fue el largo asedio de Barcelona (25 de julio de 1713 a 11 de septiembre de 1714). Para entonces la suerte del conflicto sucesorio ya había cambiado. Los tories en Gran Bretaña eran partidarios de acabar cuanto antes con la gravosa sangría de esta conflagración y consiguieron negociar con Luis XIV los Preliminares de Londres (1712), base de los tratados que empezaron a negociarse en Utrecht a partir de ese mismo año.

La doctrina del equilibrio continental (balance of power) y la política multilateral para la resolución de los conflictos europeos fueron aportaciones significativas de las negociaciones que dieron lugar a la veintena de tratados de paz y acuerdos comerciales firmados en Utrecht, Rastatt y Baden desde 1713 hasta la paz de Viena de 1725. Estos principios del derecho público internacional se hallan en la base de la política exterior de la Unión Europea en la actualidad.

La manipulación del nacionalismo catalán de la Guerra de Sucesión.

Desde 1980 cada 11 de septiembre se celebra el día Cataluña. Con ella se conmemora y recuerda la rendición de Barcelona a las tropas borbónicas al mando del Duque de Berwick durante el transcurso de la Guerra de Sucesión Española el 11 de septiembre de 1714. Una de sus liturgias rituales es realizar una ofrenda floral conmemorativa al conseller en cap  Rafael Casanova (conocido patriota español que nunca reivindicó ninguna nación catalana), presentándolo como mártir de la caída de Barcelona cuando en realidad había muerto veintinueve años más tarde (en 1743).

Conclusión.

El Reino Unido, consiguió el dominio del Atlántico y del Mediterráneo, con las bases de Gibraltar y de Menorca, y que puso los cimientos del Imperio Británico. Pero también salieron beneficiados, aunque en menor proporción, los otros dos firmantes de la Gran Alianza de 1701: las Provincias Unidas y el Imperio Austríaco. Este último se quedó con las posesiones de la Monarquía Hispánica en Italia y en los Países Bajos, aunque Carlos VI no consiguió la Corona española. La Monarquía de Francia, por su parte, alcanzó el objetivo de situar en el trono español a un borbón, aunque no sólo no obtuvo ningún rédito de ello sino que pagó un alto precio pues Francia salió de la guerra con una grave crisis financiera que arrastraría a lo largo de todo el siglo XVIII.

En cuanto a la Monarquía de España el desenlace de la guerra supuso la entronización de la nueva dinastía borbónica, a costa de la pérdida de sus posesiones en Italia y los Países Bajos, más Gibraltar y Menorca, pero por otro lado conservo prácticamente toda América ( incluyendo dos tercios de los EEUU),islas en el pacifico y posesiones en Africa y Asia, salvando de esta forma gran parte del Imperio.

A nivel interno Felipe V, por medio de los Decretos de Nueva Planta estructuro el país y puso fin a privilegios feudales de la nobleza periférica, creando un Estado mucho más fuerte y moderno.

La nueva monarquía llevó a cabo reformas favorables de gran calado: se promovió la educación, el patronazgo de academias y se realzó la investigación científica, especialmente en las ciencias médicas y en matemáticas. Así mismo se llevaron a cabo reformas positivas en el sistema de producción, con la creación de reales fábricas; ésto conllevó a una consecuente innovación de las técnicas productivas, de reanimación de sectores "decaídos" y a la creación de sectores productivos antes inexistente.

Loading

Loading

Etiquetas:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

el distrito tv

lo más leído

Lo más visto

Scroll al inicio