Los ciudadanos de Rumanía o Bulgaria ya no pueden ser contabilizados entre los inmigrantes de la Comunidad de Madrid. Cientos de rumanos y búlgaros acuden cada día a la Comisaría General de Extranjería (calle General Pardiñas 90) para gestionar la documentación que les permite circular libremente por Europa. En el mes de enero, sus respectivos países ingresaron en la Unión Europea y desde entonces se repiten las colas de inmigrantes que buscan regularizar su situación en nuestro país.
Estas aglomeraciones están provocando algún que otro inconveniente a los vecinos de la zona e incluso, han deteriorado un jardín cercano a las instalaciones policiales. Así lo denunciaron los residentes de la zona en la visita del concejal del distrito al barrio de Lista, al que también solicitaron que acondicionara el jardín utilizado por los nuevos ciudadanos europeos en las horas de espera.
Íñigo Henríquez de Luna confirmó que la Junta Municipal conocía el problema. Incluso como previsión, el propio concejal mantuvo una reunión con los responsables de la Comisaría quienes solicitaron un local a las afueras de la ciudad para evitar estas concentraciones en el distrito. Desde el Ayuntamiento se ofreció un pabellón en la Casa de Campo que finalmente fue rechazado porque la afluencia de personas estaba disminuyendo. Sin embargo, varios días después y como muestra la fotografía de esta noticia, las colas siguen siendo numerosas. Una situación que requiere soluciones para mejorar las condiciones de los extranjeros afectados.
Sobre la zona verde deteriorada, el concejal confirmó que se trata de un jardín privado y su conservación es responsabilidad de la comunidad. Sin embargo, desde la Junta Municipal se ha trasladado el problema a Medio Ambiente y se espera que acometan el cambio de los cerramientos del jardín ya que los vecinos no han sido los culpables de su deterioro.
