A pesar de que los trabajos del Colegio Guindalera ya han terminado, el traslado de los escolares continúa sin llevarse a cabo. Los alumnos de Primaria tuvieron que dejar su colegio e irse al centro escolar Dionisio Ridruejo, en el distrito de Hortaleza, para que las obras de remodelación de su centro pudieran realizarse con normalidad. Ya ha pasado un mes desde que los trabajos terminaron, pero los niños todavía siguen en Hortaleza. El traslado y la vuelta a la normalidad parecen retrasarse todavía más, sólo que esta vez no se sabe muy bien por qué.
Interminable remodelación
Desde la Asociación de Madres y Padres del Colegio Guindalera, reconocen sentirse satisfechos con las obras de remodelación de las que ha sido objeto el centro. “Eran necesarias”, afirma Mª del Carmen Suero, presidenta de la AMPA. “Lo que no entiendo es por qué una vez terminados los trabajos no se produce ya el traslado”. Las obras comenzaron en julio del 2008, con el fin de adaptar el colegio a la nueva normativa relativa a incendios, barreras arquitectónicas y demás. Una vez comenzados los trabajos, los padres del colegio también solicitaron cambiar las persianas y las ventanas, aprovechando así las obras para optimizar el resultado de las mismas. Sabían que este hecho ralentizaría el momento de la finalización de los trabajos, pero aún así, la empresa encargada de los mismos “ha cumplido perfectamente con todos los plazos”, confirma Mª del Carmen.
Al parecer, una vez terminada dicha remodelación, es la Comunidad de Madrid, y en concreto la Consejería de Educación, a través del Área Territorial de Madrid capital, que dirige Bonifacio Alcañiz, quien debe ordenar el traslado.
Según relata la presidenta de la AMPA, no han recibido ninguna respuesta por parte de la Comunidad de Madrid, “se trata de trámites legales que tienen que firmar ellos al terminar una obra, pero mientras firman y no firman nosotros seguimos llevando a los niños a otro sitio, cuando ya podrían estar en su ‘cole’ de siempre”, añade Mª del Carmen.
