Siete años es lo que llevan solicitando los vecinos del barrio de Goya, apoyados por muchos madrileños, que las autoridades municipales protejan de alguna manera la obra de Dalí, en la Plaza de Felipe II. La misión de estos ciudadanos es, desde hace casi una década, salvaguardar el tesoro artístico que el polifacético genio dedicó a nuestra ciudad. Han solicitado que se delimite el entorno del monumento, para que el paso de los transeúntes no lo desgaste, y quede totalmente protegido de cualquier daño que pueda sufrir. “Defendemos este monumento, entre otras cosas, por ser patrimonio de todos y patrimonio nuestro”, manifiesta Juan Carlos García, de la Asociación de Vecinos de Goya.
El Supremo les da la razón
La lucha vecinal acerca de la delimitación periférica del dolmen de Dalí les llevó a enfrentarse al Ejecutivo municipal y regional ante el Tribunal Supremo. Al parecer, Ayuntamiento y Comunidad de Madrid “hacían caso omiso de la petición de los vecinos, y estos no tuvieron más remedio que llevarlos a los tribunales” comenta una vecina de la zona.
Finalmente, la sentencia del Tribunal Supremo ha dado la razón a la Asociación de Vecinos de Goya, desestimando “totalmente los recursos del Ayuntamiento y la Comunidad (…). Ahora ya no hay excusa alguna”, añade Juan Carlos García.
Por la protección del arte
Finalmente el dolmen de Dalí, la escultura de Newton, su peana y el pavimento primigenio (todo obra del artista catalán) forma un conjunto escultórico único, cuyo entorno deberá delimitar la Comunidad de Madrid. Esto es lo que se refleja en la sentencia. Por su parte, José Luis Mato, director general de Planificación del Ayuntamiento, ha manifestado: “Estamos a la espera de que la Comunidad de Madrid fije el entorno y sólo entonces podremos actuar”.
De esta manera, la pelota se encuentra ahora mismo sobre el tejado del Gobierno de Esperanza Aguirre.
