Orientarse en la maraña de leyes que ordenan según que asuntos es a veces cosa de locos. Saber qué es el desvío de capitales (ahora tristemente tan de moda) o si finalmente podemos manifestarnos sin ser acusados de desorden público es tan difícil como evaluar si es legal la posesión de semillas CBD o si podemos pertenecer con tranquilidad a una asociación de usuarios de cannabis. Recientemente se ha absuelto en la Audiencia Provincial de Bizkaia a cinco miembros de una organización como esta de los delitos contra la salud pública e integración en grupo criminal. A los que sepan algo del tema les sorprenderá esta noticia, porque estos clubs de cannabis son legales en cada vez más Comunidades y Ayuntamientos de España. En este caso, el problema se ha soslayado cuando se ha considerado que la cantidad de cannabis incautado era compatible con “el consumo propio de los socios partícipes durante un semestre y que solo los socios participantes en el cultivo recibían la marihuana que les correspondía para su consumo propio”. Es decir, que no había “vocación de tráfico ni intención de favorecimiento, facilitación o promoción externa”.