Cruz Roja Comunidad de Madrid ha reabierto las puertas esta mañana de su Centro de Acogida Temporal de Valdecanillas, emplazado en unas instalaciones cedidas por el Ayuntamiento de Madrid durante los últimos seis meses por la mejora de sus instalaciones.
El Centro de Acogida Temporal San Blas es un recurso que presta alojamiento, manutención y servicios de necesidades básicas y atención psicosocial y sanitaria a personas sin hogar de origen inmigrante.
El pasado año, la institución atendió en el centro a casi 400 personas en situación de sinhogarismo. El perfil de los atendidos es muy heterogéneo, desde personas recién llegadas a España a personas que llevan mucho tiempo y de edades muy diferentes. “En los últimos años hemos detectado un incremento de personas mayores de 50 años”, asegura Alejandro Mardomingo, coordinador del centro.
En cuanto a su procedencia y nivel educativo, suelen venir de países con crisis políticas o tradición de inmigración en España. “En estos casos por ser inmigrantes, no tienen red de apoyo familiar ni económico, al haber estado, frecuentemente, enviando dinero a sus países de origen. En referencia a su educación, atendemos a personas tanto analfabetas como a personas con más de una carrera universitaria”, añade Mardomingo.
El centro, conveniado con el Ayuntamiento de Madrid desde el año 2000, cuenta con 120 plazas y una estancia aproximada de cuatro meses. En el mismo, conviven personas con capacidades diferentes que ponen al servicio de los demás sus habilidades para hacer que la convivencia sea lo más positiva posible. “En definitiva, atendemos a personas que ayudan a otras personas, sobre todo en aspectos de alfabetización, ofimática, inglés, castellano, peluquería…” añade el coordinador del CAT.
Fitness, zumba, cardiobox, insanity, taller de bisutería, macramé o pintura son algunas de las actividades de ocio y deporte de las que pueden disfrutar las personas del centro para la mejora de su autoestima y armonía de su convivencia.
“Cada 3,5 días, una persona del centro consigue los medios suficientes para acceder a una vivienda. Lo más importante para mejorar la situación en cada caso es realizar un buen diagnostico y trazar un itinerario de trabajo muy concreto con las necesidades de cada persona. Debemos creer en sus posibilidades más que ellos, y respetarles como personas adultas que son, exigiéndoles responsabilidades, pero también poniendo su criterio de decisión en primer lugar”, explica Mardomingo.
Por último, destacar la importante labor que realiza el voluntariado de la institución, a través de apoyo psicológico y acompañamiento en todo el proceso, aportando gran calidad y calidez humana en la atención a las personas con las que tratan a diario.
