Se llama Mariana, y con 31 años está en condiciones de acceder al mundo laboral. Al decir que tiene un 65% de discapacidad, empiezan las dificultades.
Desde el Centro de Educación para Adultos de Tetuán, varios profesionales trabajan para eliminar las barreras con las que puedan tropezar los discapacitados al buscar empleo.
12 personas, entre ellas Mariana, participan en un programa del CEPA que busca mejorar la empleabilidad de discapacitados intelectuales.
Se trata de una iniciativa de la Unión Europea y la Comunidad de Madrid, en la que aprenden técnicas administrativas básicas como “coger llamadas, e informática, entre otras tareas”, dice Julia Trapero, profesora del CEPA.
Y es que los chicos que participan en este programa “cuando aprenden una rutina pueden desarrollala estupendamente”, afirma una de sus profesoras.
Empresas que apuestan por ellos
Desde que el programa se ha instaurado hay dos empresas que se han prestado a que los alumnos hagan sus prácticas. Una de ellas es AVATA SUR, Centro Especial de Empleo dedicado a la tramitación de accidentes de tráfico, que a través de la Fundación AVATA de Ayuda al Accidentado, presta sus instalaciones para fomentar la integración laboral de personas con discapacidad en la calle Bravo Murillo. Allí Mariana realiza tareas administrativas y de gestión de archivos, “la verdad es que pone mucho interés y está muy atenta a todo”, afirma Eva Fraile, directora de la Fundación
Las grandes empresas aún tienen “prejuicios”, en opinión de Eva, para ofrecer empleo a discapacitados. Lo que hacen es adoptar “medidas alternativas, a través de una fundación, realizan un donativo para así no contratar a discapacitados”, según la directora de la Fundación AVATA.
Casos como el de Mariana, debe servir de ejemplo para demostrar que son “luchadores en la vida y eso se refleja en sus trabajos”, concluye Eva Fraile.
