La mayor experiencia urbanística de remodelación de los barrios de toda España ha tenido lugar en La Ventilla. Se posiciona así como el barrio más transformado de todo el país, pasando de ser un ámbito con una trama física y social baja, a un barrio moderno, con viviendas dignas y todos los equipamientos sociales necesarios.
Por lo menos así se refleja en los estudios del Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA), cuyo director, José Antonio Martínez Páramo, recordó que “la remodelación de este barrio presentaba unas características singulares que la hacían particularmente difícil: fuertes pendientes y la vaguada que separaba La Ventilla y Valdeacederas”. Sin embargo, tras un complejo proceso se ha remodelado totalmente, promoviendo además 4.700 viviendas. Unos 2.350 de esos inmuebles se destinaron a los vecinos originales del barrio, llegados a la zona en las sucesivas oleadas migratorias que tuvieron lugar en Madrid desde finales del siglo XIX, hasta mediados del XX.
Un entorno moderno
No sólo se ha logrado generar más vivienda y mejorar la ya existente. La Ventilla ha conseguido también convertirse en un entono moderno y a la altura de las circunstancias en este siglo XXI. Uno de los grandes avances llegó en noviembre de 2009, cuando se inauguró en Plaza de Castilla el mayor intercambiador de autobuses urbanos de Europa. La infraestructura está dotada con 18 dársenas de autobús que complementan a las 30 del intercambiador subterráneo, que se puso en marcha en 2008.
A este hecho, hay que sumar la remodelación de la estación de Metro, llevada a cabo por el Gobierno de Esperanza Aguirre, que convirtió una estación de 210 m2 en una infraestructura de 1.400 m2.
Todos estos avances han colaborado en ampliar la red de transporte público en Madrid.
Lavado de cara
“Basta con la ejecución de la remodelación de La Ventilla, para que la Comunidad de Madrid entre a formar parte de la historia del desarrollo urbanístico de España” aseguró Martínez Páramo.
El origen de la actuación en este barrio ha permitido dar solución a las carencias en materia de vivienda, servicios urbanos, equipamientos y espacios libres. A pesar de ser un barrio céntrico, cercano a modernas áreas comerciales y de negocio (Azca), la zona estaba sumida en la marginalidad. Y fue entonces cuando se decidió el gran cambio, que supuso el principio de la mejoría de este barrio: la inauguración de la Avenida de Asturias, que consiguió enlazar Plaza de Castilla con el Barrio del Pilar. También se posibilitó la conexión rodada entre los barrios de Valdeacederas al sur, y de La Ventilla al norte. El barrio quedó por fin bien comunicado con el resto de la ciudad.
