Tiempos agitados viven los vecinos de Orcasitas en este invierno. Las múltiples manifestaciones y protestas vecinales se han hecho algo habitual a lo largo de estas últimas semanas. El problema parece simple: unas infraestructuras exteriores deficientes y viejas que no funcionan co-rrectamente y que contrastan con una calefacción ecológica, moderna y avalada por Europa. Sin embargo, la lectura no parece ser tan sencilla, pues cada parte se escuda con fuerza en sus argumentos y a día de hoy no parece avanzar el tema ni dar nadie el pulso por perdido.
Félix López Rey, portavoz de la Asociación de Vecinos de Orcasitas, compara la situación con una hipotética ruptura de una tubería del Canal de Isabel II, preguntándose que, si es el propio Canal el encargado de reparar su infraestructura cuando es necesario, también sería propio del IVIMA (Instituto de Vivienda de Madrid) encargarse de una infraestructura que es de su propiedad, como es el caso de la central térmica y la red exterior y que, debido a su antigüedad, no está en las condiciones óptimas de funcionamiento, lo que ha provocado 20 cortes de suministro en el último año. Los vecinos asumieron en su día el gasto del sistema de calefacción de sus viviendas (90 millones de las antiguas pesetas) pero se niegan a pagar los 3 millones de euros que cuesta la reparación de los citados elementos y que no les corresponde a ellos saldar. Según palabras de Félix: “sabemos que nos asiste la razón. Hemos estado en el Registro número 16 de la propiedad de Madrid, donde se encuentran las viviendas de Meseta y desde mayo de 1995 está registrada la propiedad de la central térmica a nombre del IVIMA, luego son ellos los responsables”. En el otro lado de la contienda, el IVIMA se reitera en que la instalación de calefacción se enmarca en las zonas, elementos y servicios comunes del edificio y que afrontar ese gasto “supondría concurrir en una irregularidad”.
Los vecinos a la calle
Alrededor de 500 vecinos acudieron a una manifestación el pasado 4 de marzo frente a la sede del IVIMA, que no es ni la primera ni la última reivindicación vecinal que hacen pero sí una de las que, a priori, presumía de la posibilidad de hacer más tangible un acuerdo. “Prepotente” fue el calificativo utilizado por los vecinos para referirse a la actitud poco conciliadora del organismo. Tras una hora frente a la sede, el IVIMA puso como condición la atención a tan sólo tres representantes y durante unos pocos minutos. Finalmente no se llegó a ningún tipo de acuerdo por ninguna de las dos partes. Pero los vecinos no se rinden y lucharán por aquello en lo que creen firmemente: hacer ver que no hacen esto “por ninguna coyuntura política sino porque tenemos un problema”.
El día 11 frente a la Consejería de Vivienda de la Comunidad y el día 27 frente al Pleno de la Asamblea de Madrid volverán a la carga.
