La Atalayuela debería ser un pujante polígono industrial dedicado a la industria de la moda, se conocería como La Ciudad de la Moda . Su casi medio millón de metros cuadrados estarían ocupados por empresas textiles, un moderno parque industrial, cerca de 80.000 metros de suelo dedicados a uso terciario y en otros cinco mil se levantarían oficinas además de zonas verdes. Pues bien, hoy por hoy, La Atalayuela es un “enorme descampado con farolas”. Esta es la definición del portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Jaime Lissavetzky, -a quien acompañaban los concejales Pablo García-Rojo y Marcos Sanz-, que esta mañana visitó este polígono industrial en el madrileño distrito de Villa de Vallecas y que aprovechó la ocasión para recordarle a la alcaldesa, Ana Botella, que “La Atalayuela también existe”.
Se trata de una de las zonas industriales planteadas dentro del Plan General de 1997 que se aprobó en 2002. Su urbanización se puso en marcha tres años después y debería haberse inaugurado en 2007. A fecha de hoy, las infraestructuras del citado polígono están ejecutadas al 84% y ha costado a las arcas municipales 78,5 millones de euros. “En 2005, -informó Lissavetzky- el anterior alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, anunció la creación de la Ciudad de la Moda en este lugar, sería un complejo empresarial puntero en el que estarían representadas una parte importante de las 25.000 empresas españolas dedicadas a la moda, de las que el 11% tenían su sede en Madrid. Pero, la realidad es otra: la ciudad de Madrid ha bajado nada menos que un 19% su producción industrial porque el modelo no funciona”.
Un páramo, un erial
Actualmente, el terreno “dedicado a la Moda” es un conjunto de parcelas vacías, unas calles cubiertas de matorrales y un cartel que anuncia la venta de naves a través de un número de teléfono. “El Ayuntamiento de Madrid –afirmó el portavoz socialista- presentó el proyecto a los medios de comunicación como un motor de dinamizaciòn económica para la ciudad y la mejora de la calidad de vida de los vecinos del distrito, además de un referente y lo más avanzado del sur de Europa. La realidad es otra: un enorme páramo desierto, un erial sin ningún tipo de actividad, no hay edificaciones ni iniciativa y voluntad para ponerlo en marcha”.
Lissavetzky recordó que este proyecto municipal se presentó en 2011 como un potente motor económico y como una oportunidad para el reequilibrio territorial y la mejora de las dotaciones industriales de Vallecas Villa, pero “el motor no arranca, está gripado -subrayó-. Los vecinos de Vallecas no se han beneficiado de más ni de mejores servicios en su distrito. Gallardón presentó esta iniciativa como un proyecto-locomotora y la realidad nos indica que está en el vagón de cola”.
La Atalayuela es en la actualidad “la metáfora de la capacidad dinamizadora del gobierno municipal del PP que ha dejado morir el proyecto, porque Madrid está muerto, el modelo no funciona y es evidente la parálisis y la falta de ideas de los responsables municipales”, finalizó el edil socialista.
Apoyo a la “marea negra”
Lissavetzky aprovechó el encuentro con los medios de comunicación para anunciar la visita que realizará esta noche a los mineros que procedentes de Asturias, León y Aragón, llegaron ayer a Madrid y están alojados en el Colegio Público Rosa Luxemburgo de Aravaca. “Estoy de acuerdo –aseguró- con las reivindicaciones de estos trabajadores porque me parece justo. El gobierno central tiene que reconducir la situación para proteger la cultura del carbón porque ciudades y comarcas enteras dependen de esta industria, no se pueden hacer recortes tan drásticos”. También recordó a la alcaldesa que “Madrid es una ciudad solidaria y abierta” en alusión a la negativa, en principio, de Ana Botella de alojar a los mineros.