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El Transcantábrico

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¿Te imaginas ocho días de viaje en ferrocarril y, aún así, quedarte con ganas de prolongar el camino? Esta es la sensación que la mayoría de viajeros tiene cuando se decide a disfrutar de este singular crucero sobre raíles. Un viaje mágico que recorre cuatro comunidades autónomas de la España Verde (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco).  Esto es, desde las Rías Baixas gallegas hasta el Golfo de Vizcaya. Pueblos con distintas señas de identidad, pero, al mismo tiempo, diferenciados por un paisaje montañoso y misterioso, que los ha aislado del resto del país, lo que les ha permitido conservar caracteres humanos, tradiciones, gastronomía, costumbres e incluso lenguas ancestrales.

El viaje regular de este tren de FEVE, que evoca y emula en calidad a los míticos Orient Express o Transiberiano, transcurre entre León y Santiago de Compostela o viceversa. A lo largo de este recorrido, el más extenso y luminoso que puede hacerse hoy en la vieja Europa Occidental, al viajero se le presenta tiempo para todo. Por una parte, tendrá la oportunidad de descubrir, entre montañas escarpadas y verdes prados, junto a playas y acantilados, las ciudades y pueblos más interesantes del norte de España. Lugares llenos de encanto, vitalidad e historia, como son Santiago de Compostela, Viveiro, Luarca, Cudillero, Oviedo, Ribadesella, Llanes, Santillana del Mar, Santander, Bilbao, y, ya en la meseta, Carrión de los Condes, León, y otros muchos pueblos de leyenda,  imprescindibles de ver, y que el tiempo ha convertido en obras de arte. Y aunque el tren no llegue a algunos de ellos, un barco o un lujoso autocar – que acompaña siempre al tren en todo el recorrido- permite alcanzar todos los objetivos programados.  
Paisajes, cultura y diversión durante 600 kilómetros…

Obviamente, a través de este itinerario se realizan múltiples visitas culturales. Entre otras, las catedrales de Santiago y León, el Santuario de Covadonga, el Parque Nacional de los Picos de Europa, la Colegiata de Santillana, la neocueva de Altamira, las rutas románicas y el Museo Guggenheim de Bilbao. Y, para reponerse, nada como degustar la excepcional gastronomía regional en los mejores restaurantes de cada uno de los destinos. Por otra parte, uno de los aspectos más atrayentes de este crucero es la apacible vida en el interior del tren. Además de los coches-dormitorio, en los que el viajero pernocta y disfruta de intimidad, existen cuatro coches- salones en los que se puede conocer a otros compañeros de viaje, conversar, leer la prensa diaria, disponer de juegos de mesa, tomarse un café, o, simplemente, disfrutar del paisaje a través de los grandes ventanales. O, para los más noctámbulos, ¡incluso bailar en el coche-discoteca  en el que cada noche hay música!

Al frente de cada crucero ferroviario se sitúa un Jefe de Expedición a modo de "capitán  de barco", sobre el que recae la responsabilidad de que todo funcione a la perfección. Desde el aspecto turístico hasta los de la intendencia, la medicina, la seguridad, los aspectos técnicos o cualquier imprevisto que pudiera surgir en la ruta. También presta servicio una guía multilingüe inseparable del viajero durante todo el recorrido, así como guías locales en cada uno de los destinos. La temporada regular de este servicio se desarrolla entre la primavera y el otoño, pero también puede alquilarse para viajes charter de grupo (máximo 50 personas), de incentivo de empresas, congresos, etc. Decía Goethe que la mejor forma de escribir sobre algo es contar lo que impresiona. En este sentido, ¡el Transcantábrico te parecerá un sueño!

www.franciscogavilan.net.
Más info: FEVE, Tel. 98 5981711;
[email protected]  www.transcantabrico.es 
Dirección de Comunicación: 91.4533808

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