Tudela, catedral de la verdura

En este sentido, Tudela, la hermosa ciudad de la Ribera de Navarra, organiza este mes las XIII Jornadas de exaltaciónde la Verdura. Porque ésta es, sin duda, la estrella de la cocina tudelana. Verduras y legumbres como espárragos, puerros, brócoli, cogollos, alcachofas, acelgas, tomates, pimientos, escarolas, guisantes, pochas, habas, etc., son convertidos, por obra y gracia de los afamados restauradores de Tudela, en auténticos manjares. Así, en sus establecimientos se puede disfrutar de las mejores verduras, tratadas con especial mimo desde la huerta hasta la mesa. La combinación de los sabores populares con la nuevas tendencias son la base de una alta cocina de autor de vanguardia. Una puesta al día que permite saborear una cocina creativa, llena de productos propios, en abundancia y calidad, dentro de sus más variados y atractivos menús. No en balde sus elaborados platos han bautizado a la ciudad como "Catedral de la Verdura".

En el abigarrado marco del programa de estas Jornadas, repletas, por otro lado, de abundantes eventos festivos y culturales, también se puede conocer a fondo la oferta culinaria de Tudela almorzando o cenando en alguna de sus Sociedades Gastronómicas, donde las sabrosas verduras se complementan -como en los restaurantes- con guisos de carne de cordero, de caza menor, o con conejo y caracoles. Platos condimentados con excelente aceite de oliva procedente de la tierra arbequina. Y, como colofón, conviene recordar que los árabes dejaron en Navarra un gran legado en el manejo de la repostería: la miel, la almendra, el huevo y la harina. Así, la costrada de Tudela, las Raldillas, los higos confitados, las rosquillas, la leche frita, los buñuelos de almendra y las tejas son algunos de los deliciosos postres que se pueden saborear, además de las deliciosas frutas de temporada de su propia huerta. En cuanto a las calidades de sus caldos de denominación de origen Navarra, reconocidos en el mundo entero, desde Estados Unidos a Japón, resultaría obvio glosar aquí sus excelencias.

Un "susto de arte"
Si bien la oferta gastronómica tudelana es ya una sobrada razón para viajar a la hermosa ciudad navarra, el turista o el viajero accidental cometerían un sacrilegio si omitieran descubrir sus otros múltiples atractivos monumentales, históricos, folclóricos y paisajísticos. En este sentido, merece la pena visitar el Palacio del Marqués de San Adrián, un edificio renacentista con un alero exquisitamente tallado en madera, y el Palacio Decanal, hoy convertido en Museo de la Ciudad, que conserva los restos arqueológicos de la antigua mezquita musulmana. Sin olvidar la Catedral y su impresionante Puerta del Juicio Final, el Ayuntamiento, así como el Museo de Arte Moderno. La Judería Vetula es, asimismo, otra de las visitas imprescindibles dentro del casco histórico de Tudela. Y si dispones de tiempo, regálate una visita al impactante Parque Natural de Bardenas Reales, un paisaje "lunar" único y espectacular, declarado por la Unesco como Reserva e Biosfera. ¡Tudela te espera!