Hace 25 años, un grupo de mujeres de Vicálvaro empezaba una larga andadura que abriría muchas puertas. Con la colaboración de Cáritas y de la parroquia, crearon el Aula de Cultura San Casimiro. Un espacio para el entretenimiento (a través de los talleres, las excursiones, etc.), pero sobre todo, para aprender a quererse y a valorarse como sujeto fundamental e independiente del núcleo familiar. Fueron duros los comienzos, “era otra época”, afirman; pero en la memoria de las mujeres que contribuyeron a crear esta iniciativa hay, sobre todo, miles de recuerdos bonitos. “Hacía mucha falta algo así, pues sin centros culturales, ni actividades de formación gratuitas, muchas vicalvareñas no tenían más opción que la de estar en casa”, aseguran. Pronto, el grupo fue creciendo y expandiéndose hacia otras parroquias y hoy son casi dos centenares. 200 mujeres que, el pasado 17 de diciembre, celebraron que desde hace 25 años se sienten independientes y orgullosas de sí mismas.
