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Duro enfrentamiento entre Policía y afectados por los desalojos del poblado El Cañaveral

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El pasado 24 de septiembre la Policía procedió al desalojo de un total de 12 familias de etnia gitana asentadas en El Cañaveral. Con la correspondiente orden judicial en la mano, los agentes se personaron en el poblado chabolista a primera hora de la mañana para desmantelar tan sólo una docena de las muchas chabolas ilegales que se calcula permanecen instaladas en el asentamiento.

Disturbios
Como era de esperar, el desalojo no resultó nada fácil. Los inquilinos expulsados plantaron cara a los efectivos policiales, llegando incluso a interponerse delante de la piqueta para impedir el derribo. Entre gritos, llantos, amenazas e insultos los afectados arremetieron contra los agentes y los técnicos municipales que permanecían subidos a la excavadora y comenzaron a lanzar piedras y todo tipo de objetos que tenían a su alcance. Sillas, palos, ropa, etc., volaron sobre las cabezas de la Policía que no dudó en responder haciendo uso de sus porras y disparando pelotas de goma. Una reacción que sirvió para encender aún más los ánimos. “Nosotros también tenemos armas y sabemos utilizarlas”, amenazó el líder de uno de los clanes.

Finalizada la batalla campal, la piqueta logró abrirse paso y una por una fue convirtiendo en escombros las chabolas que durante más de 8 años ofrecieron el cobijo de un hogar a varias familias. “Están tirando abajo nuestros recuerdos y casi no nos han dado tiempo a sacar nuestras cosas”, afirmaba entre lágrimas una de las afectadas.

Permanecen en el asentamiento
Pese a que la “operación desalojo” finalizó con éxito, las 12 familias que se han quedado sin casa no se resignan y han permanecido en el poblado desde el derribo. “De momento -manifestó uno de los desalojados- dormimos en el suelo, pero volveremos a levantar nuestras casas”. Indignados, consideran que el trato dado por la Administración es injusto y reclaman su derecho a una vivienda digna. Un derecho que la EMV (Empresa Municipal de Vivienda) cuestiona pues al parecer, ninguna de las familias que han perdido su chabola habían solicitado pisos de protección pública.

El poblado chabolista El Cañaveral se creó hace 20 años para realojar de manera provisional a 88 familias que procedían de Los Focos. En la actualidad, junto a esas casas se han construido unas 100 chabolas ilegales cuyos inquilinos no poseen derecho a realojo. A finales de 2008 el Ayuntamiento de Madrid tiene previsto el desmantelamiento total del poblado. Un proceso largo y complicado, no exento de polémica.

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