Coincidiendo con el aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Universidad Rey Juan Carlos ha levantado un monumento en homenaje a las víctimas del terrorismo. Inaugurada el pasado mes de diciembre, la escultura representa dos manos que sostienen un cuerpo que se desvanece tras recibir el impacto de un atentado. Todo un símbolo perenne que recordará a cualquiera que pase por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de esta universidad, que el terror -ya sea de ETA o islámico- ha dejado a su paso por España centenares de víctimas. Pero la obra no sólo refleja el trágico momento de la muerte, el dolor y la soledad del inocente, con nombre y apellidos, al que le arrebatan la vida. Según su escultora, Diana García Roy (Deroy), la obra es además una muestra de solidaridad que expresa y resalta la esperanza y la defensa del derecho a la vida. “Es el apoyo -manifestó- de tantos familiares, amigos asociaciones…, mucho mundo que sufre con ellos, que se rebela ante estos hechos y que defiende con valentía el derecho más elemental del ser humano”.
Al acto de inauguración del monumento acudieron la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco, Cristina Cuesta; la presidenta de la Fundación Gregorio Ordóñez y viuda del concejal, Ana Iríbar; y el vicepresidente de la Asociación 11-M, Jesús Ramírez. Todos ellos se mostraron muy satisfechos con la iniciativa de esta universidad que es sede de la Unidad de Documentación y Análisis del Terrorismo y único centro universitario español y cuarto del mundo dedicado en exclusiva a la investigación de este fenómeno.
