La Sala Caracol, cuya reapertura provisional fue autorizada por el Ayuntamiento de Madrid en abril tras ordenar su precinto un mes antes en ejecución de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), ha vuelto a ser clausurada y precintada por el Consistorio.
La Sala Caracol tiene una licencia que le permite funcionar como taller de enseñanza musical, pero carece de una de uso terciario recreativo, que es la que corresponde a la actividad de una sala de conciertos.
El 19 de abril el Ayuntamiento autorizó, con carácter provisional, el desprecintado de la sala, situada en la calle de Bernardino Obregón, 18, a los solos efectos de que se ejerciera en la misma, única y exclusivamente, la actividad de taller de enseñanza y desarrollo de actividades relacionadas con la música popular, de acuerdo con las condiciones establecidas en la licencia de funcionamiento con que cuenta la sala.
