“Arganzuela es el distrito con el aire más contaminado de Madrid”. Esta es la situación que, una vez más, ha denunciado Óscar Iglesias, concejal socialista del distrito, tras analizar los datos obtenidos en las estaciones de control de la contaminación atmosférica de la ciudad.
La estación ubicada en la Plaza de Luca de Tena, en concreto, tuvo el pasado año un nivel medio anual de partículas en suspensión de 35 microgramos/m3, superando a las 25 estaciones municipales con un registro un 20% mayor de la media de los valores de la red.
Son ya muchos años de lucha, en los que los vecinos no han dejado de quejarse por la situación que tienen que vivir a diario.
Los altos niveles de dióxido de nitrógeno que se han obtenido tanto en la estación de Luca de Tena como en la de Pontones, ponen de manifiesto, según Iglesias, “que el tráfico en Arganzuela está absolutamente desbocado y que existe una contaminación adicional como consecuencia de las chimeneas de salidas de humos de la M-30”.
La contaminación es uno de los temas que más preocupan a los vecinos de Arganzuela. Tras las obras de soterramiento de la M-30, por las que han sufrido interminables molestias, la situación no ha mejorado.
El concejal socialista ha reclamado “un estudio epidemiológico que cuantifique los efectos que estos altísimos niveles de contaminación están provocando en la salud de los vecinos de Arganzuela ante la pasividad municipal”.
Aire Limpio para Madrid
Ha sido en las jornadas celebradas sobre Aire limpio para Madrid donde el portavoz socialista, David Lucas, ha pedido responsabilidades al Ayuntamiento de Madrid para que “no mire hacia otro lado”, y tome medidas. Algunas de las propuestas han sido la ampliación de la red de transporte público, construcción de gasolineras verdes y la apuesta por un carril bici no considerado sólo como un elemento de ocio, entre otras. Ante todo, la concienciación de los madrileños, que son los que realmente sufren las consecuencias de estos altos niveles, con problemas de salud. Y es que, según denunció Lucas, “unas 1.500 personas mueren cada año por la contaminación”.
