El Congreso Mundial de Transplantes que acoge IFEMA hasta el próximo 5 de julio ha estado condicionado por las duras críticas de ONGs y activistas a los doctores chinos que participan en el encuentro. Según Amnistía Internacional, Pekín ejecuta alrededor de 1.000 reos cada año. Hasta hace tres años, los órganos de los prisioneros acababan en el mercado negro; en 2015, el Gobierno de Pekín anuncio que cesarían estas prácticas. Sin embargo, varios estudios independientes apuntan a todo lo contrario.
El país asiático ha acudido a esta cumbre de transplantes que se celebra en Madrid con el objetivo de lavar la imagen que pesa sobre China. No obstante, desde el Centro para la Investigación de la Sustracción de Órganos en China China (COHRC) sostienen que el Gobierno estaría llevando a cabo «una intensa campaña de relaciones públicas, datos falsos, presiones, visitas orquestadas en centros de trasplantes y presentaciones promocionales en el extranjero» para blanquear su “sistema chino de trasplantes”.
Bajo este contexto, las entidades no gubernamentales y activistas denuncian que la presencia de los doctores chinos en el congreso supone un paso más hacia el reconocimiento y normalización que busca Pekín. «Y aún más siendo en España, líder mundial en donación de órganos», señalan las fuentes consultadas por El Confidencial.
