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La «pequeña» vocación

Son las siete treinta y cinco de la mañana, me encuentro desayunando en un Bar restaurante de Alcalá de Henares. Donde aprovecho entre las siete y las ocho u ocho y media de la mañana, para amén de desayunar, leer y también por supuesto para escribir, que es lo que estoy haciendo en este preciso momento.

Cada vez que acudo a este lugar u otros de corte similar en otras poblaciones, me encuentro tan a gusto que es como empezar el día con el pie derecho; permitidme que os lo describa:

Tiene varias zonas, donde las paredes son de obra vista, ladrillos de color teja claro, con arcos que dan paso de unas estancias a otras. Al igual que ventanales en forma de arcos con vitrales, es decir, decorados con motivos coloristas. En las paredes hay fotos antiguas de fábricas de cerveza o gente bebiendo cerveza. El suelo es de gres en tonos tierra que le dan calidez, así mismo las mesas, que son de marmol blanco veteado en tonos grises, como antaño y sillas de madera de las de toda la vida.

Por separado nada del otro jueves, en conjunto, se crea un ambiente de cierta elegancia, acogedor y que invita a sentarse y consumir unas cervezas en buena compañía, o como es mi caso, desayunar en un estado de tranquilidad suprema.

Todo lo anterior está bien, no cabe duda, pero si además sumamos un buen servicio, perdón, excelente servicio quería decir, es entonces, un ejemplo de comportamiento y estilo. Debiendo ser norma de la casa, porque ya me han atendido varios camareros en los dos años largos que llevo acudiendo a este magno lugar, en fin, me vais a dejar que os lo explique porque sienta cátedra…

Los camareros y camareras llevan uniforme en perfectas condiciones de revista y lo llevan como deben llevarse los uniformes, con la gracia y la elegancia que requiere el lugar en cuestión.

Su disposición a atender a los clientes y a mí en particular es envidiable; ya todos saben lo que desayuno y como lo quiero, que es lo que debería ser normal, pero ya sabemos que en la sociedad en que vivimos muchas veces la normalidad se convierte en anormalidad y viceversa. Pues lugares hay, que después de mil veces acudir, tienes que explicar lo que quieres concienzudamente y aún así, hacen todo lo contrario de lo que les pides, que le vamos a hacer!

En definitiva su comportamiento y su actitud son exquisitos, su trato es el justo y adecuado, ni se pasan ni se quedan cortos en el intercambio de frases, sonrisas, incluso los movimientos son proporcionados.

Cuando te acercas a la barra ya te están buscando con la mirada para atenderte… Me pregunto si es producto de la casualidad, disponer de un elenco de profesionales así, o tienen una escuela y normas internas para seleccionarlos, o quizás quien selecciona al personal es un lince, o tal vez simplemente se confabulan para que los mejores empleados acaben en este local, no sé, no sé (?)

Que es cierto, que conozco más establecimientos como este, ejemplos a seguir, pero también conozco de los otros (sin comentarios).

Mi debilidad por desayunar desde las seis hasta las ocho horas y dedicar al menos una hora a leer o escribir hace que conozca un buen número de locales. Alrededor de toda España por mi trabajo, porque lo mismo puedo desayunar en Vitoria que en Jerez de la Frontera que en Valencia que en Mérida.

Pues bien todas y cada una de las veces que acudo a este local me aflora mi "pequeña" vocación de hostelero, por la que sería capaz de venderme al diablo. si obtuviera un local igual (bueno, quizás más pequeño e íntimo) y disfrutar de un personal profesional que a la fin y a la postre, atraería también a una clientela selecta, a la que daría satisfacción servir y estar a su disposición para brindarles un lugar entrañable.

No deja de ser cierto que queda mucho por delante y nunca se sabe si ésta u otras vocaciones que aparecen y desaparecen. un día deciden quedarse para dirigir mis movimientos a regentar un pequeño y acogedor local de hostelería; entre tanto les pido que por favor no cambien; les doy las gracias porque con los profesionales hay que ser además de respetuoso, agradecido.

PARA QUE SE SIENTA LA DEBIDA MOTIVACIÓN. PARA QUE TODOS SINTAMOS ESA MOTIVACIÓN QUE NOS LLEVA POR EL CAMINO DE LA EXCELENCIA EN LO QUÉ HACEMOS Y CÓMO LO HACEMOS.

Fco. Javier Clavero Champsaur

Del Libro: ¿ABANDONAS? ¡JAMÁS ABANDONES!

Reflexiones para la Motivación

 

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