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LA LEYENDA DE LA CIUDAD SIN NOMBRE

LA LEYENDA DE LA CIUDAD SIN NOMBRE

1.- FICHA TÉCNICA: 

Título original: Paint Your Wagon.

Director: Joshua Logan.

Interpretes: Lee Marvin, Clint Eastwood, Jean Seberg, Harve Presnell y Ray Walston.

Guión: Paddy Chayefsky.

Música: Frederick Loewe, André Previn y Nelson Riddle.

Fotografía: William A. Fraker.

Vestuario: Anne Laune, Bill Jobe y John Truscott.

Montaje: Robert C. Jones.

Dirección Artística: Carl Braunger.

Nacionalidad: EE.UU. Color,  170/ 166/ 154 minutos (depende de la versión), Año 1969.

2.- EL ARGUMENTO:

En pleno Oeste norteamericano contemplamos la espectacular secuencia de una carreta cayendo por un terraplén destrozándose al final del mismo. Un hombre acude a socorrer a los accidentados que yacen junto a los restos del vehículo. Uno está muerto y el otro herido. En el momento del entierro, entre la tierra removida para dar sepultura al difunto brillan pequeñas pepitas de oro

.

Un hombre grita: ¡Oro!, a lo que otro responde: ¡Amén!. Lo que parecía ser el comienzo de un western convencional se convierte en una comedia musical que se centra en dos hombres diametralmente opuestos que, de colonos, pasarán a convertirse en buscadores de oro, y en la historia de amor de una hermosa mujer que comparte su vida con los dos a la vez……  

3.- EL GUION:

La historia de esta película está basada en el musical del mismo nombre “Paint your wagon” (pinta tu carreta) escrita por Alan Jay Lerner que obtuvo fama internacional por su trabajo en la película “Mv Fair Lady” (1964).

4.- EL DIRECTOR: JOSHUA LOGAN

Formado en los escenarios y las tablas del teatro. Dirigió su primera película en 1955 “Picnic”, cosechando gran éxito de crítica y público. En todas sus películas se aprecia su procedencia teatral. Incluso en algunas producciones el formato de Cinemascope (que se fue imponiendo en la década de los años cincuenta) le sirvió para “ampliar” el espacio cinematográfico hasta convertirlo en un amplio escenario teatral. Su salud se deterioró fruto de frecuentes depresiones hecho que le relego durante buena parte de su carrera. Aquí completó un puzzle con Lee Marvin cantando una de las baladas más populares de la historia del cine. Clint Eastwood interpretando con total credibilidad a un pacífico buen muchacho y números musicales de gran factura.

5.- LOS ACTORES:

CLINT EASTWOOD

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Recuerda esta película como una de las experiencias más desagradables de su carrera, pero no por el resultado final de la misma, sino por la laboriosa producción que le obligó a estar en el rodaje más tiempo del debido. Hizo de buen chico, cantó y cambió parte del registro de su carrera.

LEE MARVIN

También cantó en esta película, y, lo hizo arrastrando la voz, dando a los temas un sentimiento acorde con la historia y sus personajes.

JEAN SEBERG

 

Una de las mejores y más bellas actrices del cine francés del momento gracias a su memorable interpretación en “Al final de la Escapada” (Á bout de Soufflé, 1960). En esta película, al contrario de sus dos compañeros de reparto no interpretó la única canción que su personaje canta. Fue doblada por Anita Gordon.

6.- EL RODAJE:

Fue complicado desde el inicio. El director Joshua Logan sufrió su peor crisis nerviosa, tras la cual se convirtió en un adicto a los tranquilizantes. Llegó un momento en que le tenía tal pánico a Lee Marvin que se escondía cuando le veía aparecer. Fue el productor, Alan Jay Lerner, quien acabó filmando las escenas del actor.

 

La actriz Jean Seberg y Clint Eastwood tuvieron un romance. El marido de ella, el escritor Romain Gary, se presentó en medio del rodaje con un ataque de celos y pegando tiros al aire con un revólver. No le dio a Eastwood, aunque uno de los disparos mató a un mulo. Lee Marvin bebía alcohol en todas sus escenas (aunque el director estaba en contra de ello)  y estuvo borracho durante gran parte del rodaje.

7.- LA BANDA SONORA:

Una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine con canciones escritas por Alan Jay Lerner y Frederick Loewe. Recogida en formato CD con los siguientes temas:

1.- Main Tittle. / 2.- I Still See Elisa. / 3.- The First Thing You Know. /4.- Hand Me Down That Can O´Beans. / 5.- They Call The Wind Maria. /6.- A Million Miles Away Behind The Door. / 7.- There´s A Coach Comin ´In. / 8.- Whoop-Ti-Ay!(Shivaree) 9.- I Talk To The Trees. / 10.- The Gospel Of No Name City. / 11.- Best Things. / 12.- Wand´rin´Star. / 13.- Gold Fever. / 14.- Finale.

Excelente la número 5;  They Call The Wind Maria (Al viento le llaman María) interpretada por Harve Presnell con una voz más que poderosa. Lee Marvin interpreta la composición más importante (la número 12) Wand´rin´ Star de este musical (Naci bajo una estrella errante) que se convirtió en un éxito en toda Europa.

8.- LAS CRÍTICAS, PREMIOS Y RECAUDACIÓN:

La crítica fue muy dispersa, dependiendo de los Estados Unidos o Europa. En América no obtuvo el éxito esperado. En Europa sí, pero, en gran parte por su banda sonora que le sirvió para recibir nominación en los Oscars. Fue estrenada en 15 de octubre de 1969 con un coste presupuestario de cerca de 15 millones de dólares, superior al previsto debido al alargamiento de los días de rodaje.

9.- IMPRESIÓN PERSONAL:

Magnífica, inquietante, lentorra, divertida, pura, especial, salvaje, inolvidable, maravillosa e irrepetible. Habla de la soledad, del amor no correspondido, de donde echar raíces y como encontrarse a uno mismo. Y de asimetrías como esa de: Dos hombres y una misma mujer es un escándalo, pero, Si es un hombre con dos mujeres es diferente. Curiosa vara de medir.

Mañana muchas personas al salir de los trabajos se desearan “Feliz fin de semana” o “buen finde”, como si solo se pudiese vivir de viernes a domingo.

La secuencia de Lee Marvin cantando con su voz cascada y la visión de las gentes que van a ningún sitio es todo un canto a la libertad del ser humano.

La misma libertad para pensar en desear  “Feliz Lunes, Martes, Miércoles o Jueves”.

En realidad cada día nos cruzamos con gente que va y viene sin saber hacia dónde.

10.- IMPRESIÓN MÁS PERSONAL:

Zaragoza Años Ochenta. SABADO, SABADETE, LA ALEGRIA DEL CADETE.  

Tres Cadetes del Ejército de Tierra entramos en una Cervecería. Un local de moda lleno de chicos y chicas de ambiente netamente universitario. Vestíamos nuestras guerreras (teníamos prohibido salir a la calle de paisano) color caqui con los cordones rojos y gorras de plato, señal clara de estar cursando estudios en la Academia General Militar de Zaragoza. En la Academia nos habían recomendado no ir por el tubo y por la zona universitaria, había con frecuencia peleas en aquellos años de incipiente democracia. La cuestión era que las chicas que nos gustaban siempre andaban por ahí. Y ya se sabe, lo prohibido tiene su encanto…

Éramos tres:

Quin: De estatura baja, pelo rubio, brillantes ojos azules, complexión fuerte y pregonando a los cuatro costados su condición de ser de Valladolid. Concretamente del Paseo de Zorrilla.

Cous: Alto, moreno con bigote, ligón como nadie y dejando claro, por su acento, su procedencia gaditana.

El tercero era yo. Procedente de Madrid.

Quin y yo nos conocíamos desde años atrás cuando nos preparábamos para ingresar. Competíamos mucho y de manera sana en el aspecto deportivo. A los dos nos gustaba correr, de hecho, éramos velocistas del equipo de 4×100. Quin llevaba el primer palo, relevo o posta, y yo el último. Siempre andábamos bromeando sobre quién era el mejor, si la “Locomotora” de Valladolid o el “Rápido” de Madrid. En fin, eran, nuestras chanzas. Cous no entraba en nuestras discusiones, porque su carrera era otra: Su “Radar” siempre estaba explorando en busca de la chica más guapa. 

Aquella tarde entramos en la Cervecería Universitaria, nos pusimos en la barra y pedimos unas copas. Desde el primer momento notamos que no éramos muy bien vistos por el público del local, sobre todo por parte del masculino. Un chico corpulento, a lo lejos, desde una esquina empezó junto con otros a hacernos burla. Otro que estaba a un costado empezó a decir “Uno, dos. Dos, uno” en señal clara de guasa. Les ignoramos fingiendo no verles ni oírles, pero, antes de derivar a peor decimos irnos ya que solo éramos tres y allí había bastantes más. Hice ademán de pagar nuestra consumición cuando, sin motivo aparente ni saber desde donde, sentí un tremendo golpe en la boca. Alguien, sin avisar me había dado un puñetazo que me dejo medio mareado. Recuerdo ver a Quin, que con rapidez se interpuso soltando puñetazos a troche y moche. También tengo la imagen de ver a Cous con sus largos brazos cerrando el paso a varios que se aproximaban. Después de unos instantes me recupere y le atice con toda mi alma al que nos había estado haciendo burla. También me acuerdo que iba a dar a otro, pero no sé porque termine dando a un montón de platos que estaban sobre la barra en una pila, los cuales cayeron al suelo con gran estrépito. Aquello se convirtió en una “ensalada de golpes” de todo tipo. Guerreras con los botones arrancados, cordones del uniforme colgando de las hombreras, jadeos, golpes y vajilla rota por el suelo conformaban el paisaje del local convertido en un “campo de batalla”. De repente alguien gritó algo y paramos. No recuerdo quien fue pero nos advirtieron que llegaba la Vigilancia Militar (Policía Militar). Echamos pies en polvorosa y salimos como pudimos por las ventanas, finalmente y, no sé cómo, acabamos metimos en un cine donde arreglamos nuestro aspecto (como pudimos coser los botones a obscuras – misterio).Echaban la película “La Leyenda de la ciudad sin nombre” (Paint your Wagon, 1969).

Nos dolía todo pero la película parecía hecha a nuestra medida. Mis compañeros se quedaron dormidos, pero, yo me la “trague” entera ensimismado sin darme cuenta que acababa más tarde de la hora de subida a la Academia. Llegamos media hora después del toque de silencio. El Capitán de servicio nos estaba esperando y además sabía que éramos los de la pelea en la Cervecería Universitaria. Nos comunicó el arresto (motivo: falta de sintonía con la población civil) y cuando nos íbamos hacia la nave preguntó el motivo del retraso pues sabía que la “falta de sintonía” había concluido hacia horas. Le contamos lo del cine pero no nos creyó. Nos preguntó el nombre del cine y el título de la película. Se lo dijimos. Finalmente nos interrogó sobre el contenido de la película. Mis compañeros divagaron indicando que era del Oeste. El Capitán los mandó a la nave dormitorio. A mí me repitió la pregunta esperando la misma respuesta. Narre como pude la historia, lo cual, pareció convencerle de que realmente si habíamos estado en el cine. El lunes siguiente en el tablón de anuncios los tres aparecimos en la lista, extensa y sempiterna lista del “Cuadro de Arrestados”.

A Quin y a Cous les impusieron cuatro días de arresto y a mí solo dos. En el descanso de la mañana fui a ver al Capitán para decirle que debía de haber un error, ya que, yo tenía menos días de arresto que mis compañeros. Su respuesta me dejo atónito. Mi arresto era menor porque le había explicado la película perfectamente, tanto, que pensaba ir a verla. Por la tarde con mis compañeros en la nave me pitorree al decirles que les estaba bien empleado por dormirse en el cine por lo cual recibí una lluvia de objetos de todo tipo desde botas de tres hebillas y cantimploras hasta bolos de calcetines….

Creo que aquella fue mi primera crónica de cine (aunque verbal) remunerada en especie (con dos días menos de arresto) y no la única, hace tres años en una localidad extremeña pronuncie una conferencia sobre Cine Bélico. Al finalizar, el Alcalde, en agradecimiento y en nombre del pueblo (Montánchez), me obsequió con un jamón, que, tengo que decir, dejo en mí y en mi familia un gran sabor de boca. Meses después del incidente de la Cervecería Universitaria tomamos rumbos distintos. Quin fue Caballería y anda, como no por Valladolid- muy cerca del Paseo Zorrilla-. Cous eligió Artillería y sé que anda por el Sur. En cuanto a mí, fui, como quería desde el principio, a Ingenieros y andurreo por aquí. Cuando pienso en ellos, hago propósito de enviarles en Navidad un regalo: Una película. ¿Adivinan cuál? Va por ellos. “Locomotora – Rápido – Radar”.

11.- OFF CAMERA:

Una pausa en el rodaje.

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FLOPEZ

 

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