Los colectivos antiparquímetros decidieron celebrar, el pasado 28 de febrero, sus dos años de lucha con una nueva manifestación. Bajo el grito de “parquímetros a la Moraleja” pidieron al alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardon, “que deje de convertir las calles de Madrid en un negocio, tanto para el Ayuntamiento, como para las em-presas concesionarias”. Los manifestantes aseguraron que, a pesar de que las máquinas continúan instaladas en la mayoría de los barrios periféricos, han conseguido que Gallardón y el delegado de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento, Pedro Calvo, “no extiendan a más zonas el sistema SER y que algunos dirigentes de su partido se opongan a su existencia”. Los antiparquímetros han recordado durante estos dos años el daño que la implantación del SER ha ocasionado tanto a los residentes de estos barrios periféricos como a los pequeños comercios que se ven impotentes para competir con grandes superficies en las que resulta gratuito el aparcamiento.