Es uno de los rincones más populares de Carabanchel. Situada junto al Metro de Oporto, entre el triángulo formado por General Ricardos, Manuel Lamela y Clara Campoamor, para los carabancheleros esta zona ajardinada ha sido siempre Puerta Bonita. Pero desde hoy se asociará siempre al nombre de una de las figuras más grandes del flamenco, Enrique Morente. La alcaldesa, Ana Botella, ha inaugurado esta mañana los jardines que llevan el nombre del cantaor, cumpliendo así una promesa que defendió cuando todavía era delegada de Medio Ambiente y que fue aprobada con la unanimidad de todas las fuerzas políticas municipales, tras la muerte de este “poeta del flamenco” como lo definió. “Madrid estaba en deuda con Enrique” y hoy la ciudad le rinde un ”merecido homenaje”.
Junto a la alcaldesa, la familia al completo, con Aurora Carbonell, su viuda, al frente y “ese legado irrepetible y una gran estirpe para el mundo de la cultura: sus hijos Estrella, Soleá y José Enrique”. La elección de Puerta Bonita viene dada por la vinculación del cantaor granadino con este popular barrio madrileño. Muy cerca de ahí, en la calle de Alvarez Abellán, vivió Morente más de veinte años, entre 1970 y 1991. “La vinculación de Enrique Morente con la Ciudad de Madrid fue determinante en su carrera –constató la alcaldesa–. A Madrid viajó movido por su afán de aprendizaje y en Madrid se consagró como artista y vivió gran parte de su vida”. De hecho, recordó, cuando se le preguntaba por una ciudad “siempre contestaba: Madrid”. Aquí, llegó siendo un adolescente, y volvía siempre.
La alcaldesa repasó la trayectoria de Morente y su periplo vital por Madrid. Fue aquí donde se formó junto a Pepe de la Matrona, donde fue creciendo y donde debutó en la peña flamenca Charlot en los primeros años de la década de los 60. Aquí venía a visitarlo Camarón, acompañado de un joven Tomatito para ‘ver en qué anda Enrique ahora…’. “Y a Madrid volvió en múltiples ocasiones para mostrar y demostrar su arte en el Teatro Olimpia, en el Real, en el Teatro de la Zarzuela”. Cantó también en el tablao de Zambra, las Cuevas de Nemesio, en el Café de Chinitas… Y junto con el guitarrista Manolo Sanlúcar, fue el primer cantaor que actuó en el Ateneo.