El pequeño parque infantil situado entre las calles Antonio López, Jacinto Verdaguer y Baleares parece un oasis en medio del caos. Situado al lado de una gasolinera y de una torre de alta tensión, en una de las arterias del distrito por donde existe más tráfico, esta estancia infantil supone, según afirman los vecinos de la zona, un gran peligro para los más pequeños. “La torre está prácticamente metida en el parque con el peligro que eso conlleva porque los niños pueden tocar los cables y por ellos va un alto voltaje”, explica Julia, vecina que asegura que prefiere llevar a su hija a otro parque “aunque este nospilla más cerca”. Además, los padres se quejan de la escasez de zonas verdes en el parque y de que este se encuentra en una zona donde el tráfico y el ruido son los protagonistas.
Por otra parte está la opinión de los vecinos más veteranos que se preguntan cómo han podido poner ese parque ahí cuando, tanto la gasolinera como la torre eléctrica, ya existían. “Llevo viviendo en la zona más de 40 años y tanto la gasolinera como la torre ya estaban incluso antes de que se construyeran las viviendas que están al lado del parque. Lo que no entiendo es quién ha sido el que ha ideado y consentido la construcción de ese parque en este lugar”, cuenta Agustina.
Dos torres a menos de 800 metros
Además de la torre que existe en el parque a pocos metros, al final de la calle Vicente Martín Arias, existe también otra. “Creo que corremos peligro porque como alguna vez se produzca un cortocircuito debido a que los cables están sueltos va a salir mucha gente perjudicada”.
