Con especial contrariedad hemos tenido noticia de que un fotógrafo extremeño, Montoya se llama al parecer el "artista", ha presentado en Badajoz una muestra fotográfica, especialmente indigna, en la que sagrados personajes del Cristianismo Universal aparecen ultrajados. Y siendo esto de suyo intolerable, hemos sabido también que semejante monstruosidad ha sido patrocinada por el Gobierno de Extremadura y esto ya es el colmo de los despropósitos. Que un burdo patán se sirva de su cámara para preparar una colección fotográfica despreciable, entra en el terreno de las patologías de los que andan con la sensibilidad perdida por los desvanes de su cerebro, pero que un Gobierno Autonómico premie y difunda semejante barbaridad, es una vulneración, sin paliativos, de los derechos de los extremeños, de los españoles y de cuantos tengan un sentido moral de la convivencia entre todos. Pensar que el Gobierno de esa Comunidad entrañable que es Extremadura está en manos de quienes incurren en tan lamentables irresponsabilidades es motivo de especial preocupación, porque tales "torpezas" están siempre de espaldas a los verdaderos intereses y el verdadero sentir de los ciudadanos en su conjunto.