Quiero romper una lanza en defensa de los pobres inmigrantes que usan los matrimonios de conveniencia para conseguir los papeles y poder trabajar legalmente en España. Este es el caso de un amigo mío periodista en la Republica Dominicana. Llegó hace dos años como turista y decidió quedarse para trabajar como hacen muchos pues en sus países de origen las están pasando canutas. El caso es que llevaba casi un año pasándolo mal, pese a que por “amiguismo” político con el partido al que pertenece en Republica Dominicana (PRD), le ayudó el PSOE de Cádiz. La cosa es que así no podía seguir, pues no encontraba trabajo sin residencia. Entonces tomó la decisión de casarse con una española a cambio de 6.000 euros. Él se los pago, pero después le pidió más y como se negó a dárselo, discutieron. Ella le denunció y le han impuesto una orden de alejamiento por malos tratos más 2.500 euros de multa. El hombre está desesperado, pues ahora tiene un trabajo estable, y teme que le puedan deportar a su país.
¿Por qué no se persigue también a estos españoles “listillos” e incluso inmigrantes con nacionalidad, que están ganando mucho dinero con estos casamientos ficticios? De acuerdo que los inmigrantes también son los culpables por buscar ese remedio para conseguir papeles, pero esos ciudadanos sin escrúpulos que hacen negocio con ello deben experimentar un escarmiento, y más aún cuando esta práctica cada vez es más usual. Por este motivo, deseo se aplique un mayor control e investigación en estos casamientos.
