No sé que ocurre con los programas dedicados a público juvenil pero son de lo más aleccionador. Un ejemplo es “Física y química”, nueva apuesta de Antena 3, en una de cuyas tramas un menor de 17 años tiene un romance con su profesora de Filosofía. No sé que pasa, francamente, pero la televisión se ha convertido en un nido de malos ejemplos y desedificantes consejos. Ya no es sólo “sexo, drogas y rock and roll” sino algo más profundo, se intenta llevar a las vivencias diarias la inmoralidad más absoluta. Que luego nadie se queje de que proliferan los embarazos de adolescentes y con ellos los abortos: el sexo más prohibido se ha erigido en guía de los jóvenes, porque ejemplo, -aunque sea televisivo- les han dado.