No hace mucho que tuvimos la desgracia de vivir otro episodio de terrorismo etarra que puso fin a la vida de dos guardias civiles. En un gesto justo y merecidísimo de empatía y apoyo a la familia del primer fallecido, muerto casi al instante, todos los partidos políticos se pusieron de acuerdo en guardar un minuto de silencio en medio de la jornada de trabajo, esperando también la solidaridad por parte del pueblo y un comportamiento digno. Sin embargo, lejos de ser un acto emotivo y totalmente respetuoso, un atajo de pseudoseres, de intentos abortivos de infrapersonas, mostrando unos ideales extremistas y una mentalidad propia del pleistoceno, incapaces de discernir entre un acto conmemorativa y una manifestación anti-Zapatero, y deseosos de salir a la calle para mostrar una vez más lo orgullosos que se sienten siendo un rebaño de fascistas unineuronales, interrumpieron el silencio con gritos en contra del presidente, lanzando insultos homófobos referidos al ministro Bermejo e incluso reprochando a Mariano Rajoy y a todos los populares allí presentes su presencia en el acto, por una vez que hacen lo correcto… Todas estos borricos, algunos provistos con pancartas plagadas de faltas de ortografía que reflejan su enorme ignorancia, no son sino producto de la incultura y la estupidez existente en España.
