No deja de llamar la atención el hecho de que tantos se escandalicen y se rasguen las vestiduras por el gesto de Aznar. ¿Los que le gritaron e insultaron (además de a los asistentes) no ejercieron su ‘libertad de expresión’? Sí, pues nuestro ex-presidente, Aznar, también. Esas son las reglas de la democracia para los que le critican y se olvidan de calificar también a aquellos vándalos.