"El progreso del movimiento […], es la protesta de un estado que niega el derecho a trabajar y rehúsa a proporcionar medios naturales de subsistencia a sus ciudadanos. Si el actual sistema económico mundial impide la distribución equitativa de los productos naturales de la tierra, el sistema no es bueno y ha de ser modificado. […] Es la protesta de un pueblo contra un sistema económico que ya no sirve […], exigimos al estado que rom-pa con la visión economicista del mismo […] y esté en condiciones de garantizar al trabajador el sueldo justo y necesario para vivir dignamente. Este deseo anticapitalista evidencia que vivimos en una época de transición caracterizada por la agonía del liberalismo y la reorientación de la economía y el cambio de actitud frente al estado".
Entre los partidos y políticos actuales, ¿Cuántos no harían suyo este convincente discurso? Parece muy acorde con la problemática social actual ¿verdad? Pues fue pronunciado en los años 30 en el parlamento alemán por Gregor Stra-sser… uno de los fundadores del partido NAZI. ¿Por qué me refiero a este discurso? Es una advertencia, un ejemplo de lo fácil que resulta adulterar y manipular las emociones y los sentimientos aprovechándose de las necesidades y cambiar los programas según conveniencias electoralistas. Cuando estas líneas vean la luz, comenzarán las maratonianas jornadas de inauguraciones, mítines y políticos abrazando niños y saludando a todos como si de una Cabalgata de Reyes Magos se tratara. Sean cual sean los resultados de las elecciones generales quisiera terminar con un dicho alemán: “Nunca se miente más que antes de una boda, durante una campaña electoral y después de una cacería”.
