Cuando los españoles deberíamos estar celebrando la derrota de la banda terrorista ETA y de sus cómplices, resulta que los etarras siguen ocupando las portadas de toda la prensa nacional. Las actas de las reuniones y negociaciones del Gobierno de Zapatero con los terroristas, los juegos macabros de ciertos socialistas vascos, los intentos de colarse en las instituciones políticas y los silencios malintencionados del Ejecutivo español siguen demostrando que ETA no está acabada. Menos mal que los jueces, con la ley en la mano, han puesto un primer dique a sus planes. Aunque, como no todo pueden ser buenas noticias, ahí está Eusko-Alkartasuna para hacer un hueco en sus listas a los batasunos. Este es el drama de los españoles: que siempre hay alguien dispuesto a prestar a los etarras un balón de oxígeno.