"Lhardy ha vivido la transformación de Madrid en la gran capital cultural que es hoy en día. Quien viene a Madrid, repite. Y quien come en Lhardy, también". Con estas palabras la alcaldesa Ana Botella ha rendido homenaje hoy al restaurante que se abrió en 1839 en la Carrera de San Jerónimo y que, atravesando tres siglos, ha cumplido los 175 años "sabiendo adaptarse al tiempo que le ha tocado vivir".
Botella ha recordado a su fundador, Èmile Huguenín, después conocido como Èmile Lhardy, el hombre que fundó la primera Pastelería elegante de la ciudad, en cuyas salas se han celebrado Consejos de Ministros y tertulias literarias, se han sentado reyes y estadistas, aristócratas y bohemios, toreros y escritores. En Lhardy se creó la Sociedad Filarmónica, la Asociación Wagneriana madrileña o el Pen Club. Allí se celebró el acuerdo para abolir la esclavitud en el mundo y el nacimiento de la primera línea de tranvías de Madrid.
Comercios centenarios de madrid
Ana Botella ha rendido también homenaje a los establecimientos y locales centenarios porque "son una parte muy importante de la riquísima y diversa oferta gastronómica que ofrece la capital. Madrid nunca olvida a sus comercios y espacios centenarios, esos lugares que han sabido adaptarse a los cambios con una apuesta firme y decidida por la calidad, la innovación y la excelencia".
En 2006 el Ayuntamiento de Madrid descubrió las primeras placas conmemorativas, diseñadas por Mingote, para reconocer la importancia de estos establecimientos históricos. Mingote era, ha recordado la alcaldesa, "comensal convicto y confeso".
"Se reconocía así la calidad y la excelencia de unos establecimientos que, como Lhardy, han traspasado los umbrales del siglo levantando el cierre cada día. Siempre con un servicio de hospitalidad y profesionalidad, desde el cariño a una profesión que es uno de los motores principales del turismo madrileño".