Tres años de retraso y veinte millones de euros más del gasto presupuestado inicialmente es lo que acumula el proyecto de remodelación del complejo que incluirá el Mercado de Barceló, en el distrito Centro. El portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha declarado que esta situación resume bien el modo de actuar de los últimos gobiernos municipales, liderados por Alberto Ruiz Gallardón y Ana Botella: “Promesas que cumplen muy tarde y mucho más caras”.
A ello, Lissavetzky añade: “Ni siquiera contentan a los comerciantes “. Opinión ratificada esta mañana por el presidente de los comerciantes de Barceló, Manuel Ocaña, que desde hace veinte meses esperan recuperar el espacio que dejaron y mejorar las cifras de negocio. “Hemos perdido el 50% de las ventas. Una parte será por la crisis, pero otra parte por las obras”, ha asegurado Ocaña.
Según ha explicado el portavoz, la situación de incertidumbre es tal que los comerciantes desconocen si el equipo de Gobierno cumplirá con lo acordado inicialmente y dotará los puestos de los elementos esenciales para que los comerciantes arranquen su actividad en el nuevo edificio. “Este proyecto se entendía que era llave en mano para los comerciantes y ahora parece que van a tener que buscarse la vida”, ha señalado.
Otra de las cuestiones sobre la mesa en relación con este proyecto es qué ocurrirá con la instalación que, de forma provisional, acoge a los comerciantes y que se ubica en lo que antes era una zona verde.
Acompañado por varios concejales socialistas, Diego Cruz, secretario del grupo, Gabriel Calles, encargado de Economía, Marcos Sanz, de Urbanismo, Marisa Ybarra, del distrito Centro y Ana García D´Atri, de Cultura, Lissavetzky ha visitado la zona donde se levanta el nuevo mercado que, según el Gobierno local, debería estar funcionando desde el 28 de febrero.
El portavoz municipal socialista ha denunciado el considerable retraso en la reforma “más de tres años” y el aumento del coste. El gasto total asciende a 60,5 millones de euros, unos veinte millones más, lo que equivale a un 45% de la cantidad prevista. Lissavetzky pidió al PP que aplique los mismos criterios a la hora de pedir responsabilidades en otros municipios, refiriéndose a las denuncias de Parla, por el sobrecoste de algunos proyectos. “Apliquemos ese rasero en Madrid, en la Caja Mágica, por ejemplo”, aseveró.
La reconstrucción del viejo mercado de Barceló, situado en la calle del mismo nombre, en pleno centro de la capital, se ha realizado dentro de un proyecto urbanístico para la zona que, en principio, incluirá un aparcamiento, un centro comercial y un gimnasio que serán gestionados por manos privadas. A ello, se le añadiría, como único equipamiento público, una biblioteca aun sin fecha de inauguración. Para Lissavetzky, la suma del retraso en la recepción de las obras, el sobrecoste y el posterior paso a manos de privadas de lo que ha sido construido con dinero público puede resumirse como “un fiasco de gestión” a la hora de levantar este nuevo complejo. “Es la tónica del PP, costear las obras con dinero público para después privatizarlo. Y todo ello con mayores costes y retrasos”, concluyó.
