El Boss sigue sin defraudar. Con cerca de setenta primaveras, Springsteen consiguió poner al público madrileño de nuevo a sus pies. Un concierto del Jefe es un cheque al portador. No falla, lo cobras fijo. Lo demostró el sábado pasado en el Santiago Bernabéu, ante una parroquia entregada, que le perdona hasta sus supuestos fallos de sonido. Cuando se tiene una trayectoria como la suya, el derecho de amnistía lo tiene más que ganado. “Born in the USA”, “Point Blanck”, “The River”, “Dancing in the dark”, “Glory Days”, “Born to run”…fueron sus credenciales durante más de tres horas de concierto. El idilio entre Springsteen y Madrid permanece inmutable.
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