Uno de estos puntos está ubicado en Avenida de América, tanto en su estación de metro como en el intercambiador. En la zona de las taquillas del suburbano, junto a la puerta por la que se accede al intercambiador, el calor es sofocante. Una situación que no mejora una vez dentro de éste.
EL DISTRITO ha visitado la zona, y a las 9.00 horas la temperatura en el interior del intercambiador era ya demasiado alta. A pesar de que el aire acondicionado estaba en funcionamiento, y también algunos de los grandes ventiladores instalados que expulsan agua pulverizada, los usuarios sacaban sus abanicos, se quitaban toda la ropa posible y esperaban impacientes a que llegara su autobús, donde poder estar más frescos.
Las mejoras en el intercambiador se han anunciado en varias ocasiones, pero la actual crisis económica las ha retrasado. En estas obras se pretende separar la zona de los autobuses de la de los usuarios por medio de unas mamparas, tal y como se ha hecho en el intercambiador de Moncloa o en el de Plaza de Castilla.
Además, se mejorarán los sistemas de ventilación, climatización, aire acondicionado y medidas de seguridad.
Unos trabajos muy esperados por los usuarios, ya que algunos se quejan también de la estrechez de los túneles por los que circulan los autobuses, “en los que es muy complicado maniobrar y no se ve ninguna salida de emergencia”.
La dificultad de encontrar los ascensores en un intercambiador como éste, del que también salen autobuses de largo recorrido, es otra de las quejas de los viajeros. Cargados de maletas, tienen que dar varias vueltas porque no hay ningún cartel que anuncie el sitio concreto en el que se encuentran.
Mejoras que tendrán que esperar; y mientras, no olvidar el abanico.