“Por una educación infantil de calidad”, es por lo que lucharon las miles de personas que se concentraron el pasado 28 de enero delante de la Plaza de la Villa. El nuevo decreto de mínimos que permitirá que profesores no titulados puedan dar clase y que favorecerá la privatización de este tipo de escuelas, son algunas de las razones por las que tanto profesores como los propios alumnos apoyaron la huelga convocada por los sindicatos para los días 27 y 28 del pasado mes.
Apoyo mayoritario a la huelga
Este periódico se puso en contacto con las cuatro escuelas infantiles públicas del distrito en el primer día de huelga y todas ellas mostraban su agobio ante un día de trabajo diferente por contar tan sólo con el personal mínimo. De esta manera, a la Escuela Colorín Colorado tan sólo habían acudido 12 de los 90 niños que están censados en el centro, así como la mitad de profesores. El motivo, nos comentaba el personal de la escuela, es que “no estamos de acuerdo con el decreto de mínimos”. A su vez, los padres de los alumnos “han secundado también esta huelga, ya que la mayoría no ha traído hoy a sus hijos”. La razón es que ellos creen que “lo que estamos haciendo no es sólo a nivel profesional sino por el bien de los niños”.
Por su parte, la Escuela El Sol tuvo una asistencia del 50% de los niños y se encontraba con servicios mínimos; mientras que en la Escuela Rosa según los datos que estos mismos aportaron al sindicato de UGT, acudieron a dar clase 7 de los 11 profesores. En cambio la Escuela Luis Bello no quiso ofrecer ninguna información por considerarla “confidencial”. También ha generado polémica que en las ya denominadas como “guarderías basura” no será necesario tener un patio propio sino que los niños podrán salir a un parque cercano. A su vez los centros disminuirán su espacio pasando a contar con menos de 30m2.
