Agentes de la Policía Nacional han detenido a cuatro individuos como autores de trece hurtos en joyerías y bancos en los que se habrían apoderado de material y dinero en efectivo por valor de 200.000 euros. Se desarticula así un grupo criminal activo e itinerante al que se le atribuyen diversos delitos de hurtos, robos con violencia y falsedad documental.
Hurtos en joyerías
Las investigaciones comenzaron a principios de año cuando los agentes tuvieron conocimiento de la comisión de diversos hurtos en joyerías de Madrid con el mismo "modus operandi" y una casi idéntica descripción física de los autores.
Tras varias gestiones, los agentes pudieron constatar que se encontraban ante un grupo perfectamente organizado y especializado en los hurtos de piezas de joyería. Previamente a la comisión del hecho delictivo, los cuatro delincuentes inspeccionaban el local, en alguna ocasión incluso entraban para hacer alguna pequeña compra y de esta manera conseguían ganarse la confianza del dependiente, además de localizar las medidas de seguridad con las que contaba el establecimiento, conocer el número de empleados o la calidad del género existente.
Una vez realizadas las comprobaciones oportunas, los arrestados elegían las horas de menor afluencia de público, apertura o cierre del local, para cometer el hecho delictivo. Para ello, uno se hacía pasar por un cliente y distraía al dependiente mientras el otro aprovechaba para hacerse con mantas completas de material de joyería. Entre tanto, un tercero intentaba colocarse de manera estratégica para que no fueran vistos desde fuera y el cuarto les esperaba en la puerta del local, con un vehículo en marcha, con el que luego huían. De los objetos robados se deshacían con enorme rapidez, bien a través de "peristas" o incluso sacándolos de España.
Robos a la salida de entidades bancarias
En el caso de las entidades bancarias, los detenidos actuaban sobre sus clientes. En el mismo caso que con las joyerías, vigilaban a sus objetivos, que en la mayoría de las ocasiones, eran personas mayores, con escasa capacidad de reacción y defensa. Uno de los integrantes de la organización entraba en la sucursal bancaria y vigilaba cuál de los clientes sacaba una gran cantidad de dinero.
Una vez fuera del establecimiento, marcaban a la víctima con un gesto o una señal al resto de los integrantes y mediante diversos métodos de distracción, principalmente el conocido como "la mancha", conseguían hacerse con la cartera en la que la persona llevara el dinero.
Aunque su principal objetivo era el hurto, no dudaban, sin embargo, en utilizar la violencia en los casos en los que las víctimas intentaran defenderse o si temían que podían ser descubiertos.
Gorras, gafas de sol y cambios de look
Los detenidos cambiaban constantemente su apariencia física para evitar ser reconocidos. Para ello utilizaban gorras deportivas, gafas de sol, cambios de peinado o de ropa nada mas cometer el robo. Pese a ello, y tras varias gestiones, los agentes lograron la identificación de Alfonso R. S., Juana M. E., Carmen G. B. y Ricardo A. P. V., con edades comprendidas entre los 40 y los 60 años, como los presuntos autores de los hechos.
Tras establecer el correspondiente dispositivo policial, los arrestados fueron localizados y detenidos. Se les imputa un total de nueve robos o hurtos en otras tantas joyerías y de cuatro hurtos a clientes a la salida de diversas entidades bancarias. En total, consiguieron hacerse con unos 200.000 euros. La mayoría de las mantas de joyería robadas estaban valoradas, cada una de ellas, en unos 40.000 euros.
