Contratar varías líneas telefónicas a nombre de personas muertas. Este era el truco del que se valían los tres arrestados de una familia que han podido timar hasta 500.000 euros. Los datos de los fallecidos eran obtenidos de las esquelas y en ocasiones, los detenidos se ponían en contacto con las funerarias y haciéndose pasar por corredores de seguros para así obtener más datos.
Las primeras pesquisas se originaron cuando una brigada policial recibió información de que en una tienda de la calle Vallehermoso, uno de los detenidos, Luis Ángel, de 47 años, acudía semanalmente a vender dispositivos nuevos de alta gama. Tras parecerle sospechoso a los agentes iniciaron una investigación durante más de un año. La mayoría de los móviles eran de la marca Samsung y procedían de Carrefour Móvil, filial de los centros comerciales.
Luis Ángel contrataba casi todas las líneas con ellos, a través de Internet, usando los datos de los fallecidos. Tan solo pagaba los gastos de envío y recibía en su vivienda uno o dos teléfonos nuevos cada vez. Los usaba, no pagaba la factura, y posteriormente los revendía en la tienda de Vallehermoso.
Tras identificar la IP para contratar las líneas y la tarjeta bancaria para pagar los gastos de envío se dio con él. Más adelante se constato que su hermana, María Ángeles, de 41 años, y su hijo José Manuel, de 21, estaban también implicados en el caso.
Con la venta de teléfonos y tabletas, esta familia ha podido obtener unos 100.000 euros de beneficio, a lo que hay que sumar las pérdidas de las compañías, hasta llegar al medio millón de euros.
