Unión, compañerismo e ilusión. Estas son las palabras que definen el aire que se respira en los pasillos del colegio Besana, un centro educativo del distrito con alma solidaria. Su presencia en el barrio puede pasar desapercibida, pues sus instalaciones al aire libre se encierran en un rincón de la calle Estrecho de Gibraltar. Sin embargo, el mundo que encierra en su interior es tan grande que parece increíble. Decenas de aulas, sala multiusos, gimnasio, varios laboratorios, sala de informática, una pequeña capilla y hasta una cocina donde realizar técnicas culinarias, son algunas de las instalaciones con las que cuenta este colegio para dar formación a las, aproximadamente, 350 alumnas matriculadas.
Educación ejemplar
Se trata de un centro solo para niñas, que desde los 12 años pueden acudir a completar su formación educativa gracias a las diferentes alternativas que ofrece. Por un lado se imparten los cuatro cursos de ESO, además del Bachillerato en las modalidades de Ciencias Naturales y de la Salud, así como Humanidades y Ciencias Sociales. Por otro lado, Besana abre el abanico educativo ofreciendo también la posibilidad de ciclos formativos para formar a profesionales de la Administración o de la Sanidad.
Ambiente familiar
Sin embargo, el hecho que caracteriza a este colegio concertado es el concienzudo seguimiento que se hace de cada una de sus alumnas. El tratamiento personal que reciben las estudiantes completa la formación de las jóvenes, a través de la figura de la tutora que, de manera individual, las apoya, aconseja y guía en su paso por el centro.
Esencia solidaria
Volcado en la obra social y la ayuda a los demás, el colegio Besana participa de forma activa en numerosos proyectos solidarios. Y es que desde la dirección del centro se busca, además de dar una educación completa a sus alumnas, hacer de ellas buenas personas ante todo.