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Condenan a una clínica de Ciudad Lineal por dejar impotente a un hombre

El Juzgado de 1ª Instancia Número 83 de Madrid, ha condenado a la clínica Fuensanta del barrio de Quintana y la Unión Madrileña de Seguros SA a paga más de 66.000 euros a un paciente por el retraso en el diagnóstico y tratamiento de diverticulitis (inflamación del colon). El afectado, de 44 años, que se encuentra en tratamiento psiquiátrico, “ha visto perjudicada su vida sexual debido a problemas de erección”, indican desde ‘El Defensor del Paciente’.

El denunciante ingresó desde 2011 en reiteradas ocasiones en urgencias de la clínica, con repetidos cuadros de diverticulitis (inflamación del colon) y no se le realizó un correcto diagnóstico y tratamiento para determinar su alcance. De haber sido operado en su momento, se hubieran evitado las complicaciones y técnicas que posteriormente se produjeron. Los facultativos que le atendieron, “voluntariamente no lo evitaron, sabiendo que este problema es especialmente agresivo en personas menores de 50 años, motivo por el cual tuvo que ser intervenido meses después en una crisis aguda, con los riesgos que ello conlleva”, advierten en un escrito desde el Defensor.

Intervención sin pruebas

En abril de 2012, el paciente ingresó en urgencias con la misma sintomatología de los ingresos precedentes (fiebre, leucocitosis y dolor abdominal), no realizándose ninguna prueba de imagen (TAC) y se decidió intervenir quirúrgicamente. En opinión de la defensa del paciente, hubo una “negligencia clara” por parte de clínica, puesto que la operación de urgencia y la colostomía “se podían haber evitado si cuando la infección se complica le hubieran practicado un drenaje para expulsar la pus”.

La diferencia de criterio entre el TAC en la clínica Fuensanta (sin mención de alteraciones en el sigma) y el realizado en otro centro (signos de perforación colónica y afectación del íleon terminal), marcó la indicación en este último centro de intervención quirúrgica urgente en marzo de 2013. Posteriormente, en verano de 2013 paciente es intervenido nuevamente de eventración por laparotomía y en el postoperatorio sufre una infección.

Las secuelas tanto físicas como psíquicas de las que el paciente se aqueja en la actualidad, confirman el retraso en la instauración del tratamiento de una patología “que debió ser tratada de manera y momento adecuado, evolucionando esta enfermedad con el consiguiente agravamiento de la misma”, concluye su defensa. 

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