Los efectivos fueron comisionados por la Emisora Central, que había recibido un aviso de un vecino de la calle Virgen de Nuria informando de que un individuo tenía aprisionado al menor.
A la llegada del patrulla, los policías pudieron comprobar que la información era verídica, observando al niño, de apenas 10 años, maniatado por las muñecas con las manos a la espalda. El encargado del establecimiento, progenitor del menor y de otra pequeña que se encontraban en el local con él, al ser preguntado por la situación del niño, manifestó que no hablaba español, negándose a pronunciar más palabras.
Cuando se procedió a liberar las muñecas del niño, éste dijo de manera espontanea que su padre le había castigado y que le había golpeado con un palo en la pierna derecha, por lo que fue asistido por un equipo del Samur Protección Civil. El menor también informó a las autoridades de que vivían en el sótano de la tienda, encontrando los agentes tres camastros en condiciones de hacinamiento y una pequeña cocina con una falta de higiene manifiesta.
Varios vecinos se acercaron al punto para informar a los agentes de la situación que viven los niños, declarando que a menudo ven a los pequeños solos; incluso el dueño de un bar cercano les ha dado de comer en varios días. El maltratador fue detenido y conducido a dependencias policiales, mientras que los niños fueron custodiados hasta la llegada de un hermanos mayor, con domicilio en Guadalajara, que se hizo cargo de ellos
