El pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortíz Martínez, de 42 años, sigue en la cárcel Soto del Real. cumple su cuarto día en prisión y ahora mismo está en el módulo de enfermería. Nada más llegar fue cacheado, le quitaron el móvil, el reloj y la cartera y le dieron su nuevo uniforme. Está en una celda de ocho metros cuadrados, y le han quitado todo lo que pueda servirle de arma.
Ahora el tiempo corre en su contra. Quedan ocho días para la prueba definitiva, el análisis del vómito y hay otra, la rueda de reconocimiento que llevará a cabo la juez.
Mientras, la investigación sigue su curso. El análisis del vómito encontrado en una de las casa será clave. Pero poco a poco hay otras pruebas que acorralan a Antonio Ortiz. Porque ahora el que se ha localizado también es el Toyota Celica con el pudo secuestrar a tres de sus víctimas.
El vehículo, de color blanco, fue descubierto la semana pasada antes de que fuera vendido por un concesionario a una tercera persona. Se llegaron a chequear 360.000 coches de un modelo. No solo para ir descartando a los dueños sino también a sus familiares.
Por toda España, una ardua tarea que tenían que realizar los investigadores porque en cualquier momento podía saltar una pista. Sin embargo, la línea de los vehículos fue imposible por esa vía. Antonio Ortiz utilizó varios vehículos que no estaban a su nombre y la policía cree que cambio cuando vio datos en los medios de comunicación.
La pequeña raptada en el mes de abril describió el piso franco también el coche, tres puertas. También memorizó algunos numeros grabados en la ventanilla. Los policías la llevaron a que viera coches. Llegaron al a conclusión de que era un Toyota y efectivamente, en uno de los registros, los investigadores hallaron una multa, de un Toyota Celica.
Se pusieron a buscarlo y lo han encontrado a la venta en un concesionario. Ahora lo están analizando pero es muy dificil que haya pruebas ya que los vehiculos se limpian antes de ponerlos a la venta. Eso fue lo que ocurrió con el Citroen Xsara Picasso, a pesar de que la policía lo desmontara para mirarlo al milímetro.
