Entre los meses de octubre y noviembre del año pasado, un grupo de vecinos de La Elipa okupó la que, en tiempos pasados, fue la vivienda de los trabajadores del Cementerio de La Almudena. Hace ya un año que este colectivo, conocido con el nombre de El Dragón, decidió hacer de este edificio abandonado su hogar, con la intención de habilitarlo convirtiéndolo en centro social para los vecinos del distrito.
Hoy, el primer piso está dedicado a la cultura y organización de talleres de todo tipo, dirigidos a niños con problemas en el colegio y a inmigrantes. La segunda planta alberga actividades como música o creación de grafiti; mientras que la tercera se ha habilitado como lugar de reunión.
El inmueble, perteneciente a la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid (EMSV), -con un 51% de titularidad municipal-, solicitó a la Justicia que desalojara a este grupo de personas cuando tuvo lugar la okupación; pero ha pasado más de un año y allí “no se ha presentado nadie”.
Se trata de un edificio que fue catalogado como monumento artístico. Entre 1989 y 1990 fue reformado para convertirlo en un archivo histórico y museo de carruajes; pero finalmente no fue así. Quedó en desuso y abandonado hasta que, hace ya un año, El Dragón llegó y se instaló allí ‘dando vida a un sitio muerto’, tal y como reza su lema.
