Al respecto, el consejero de Transportes, Ángel Garrido, indicó en una entrevista con EFE que la apertura 24 horas los fines de semana será «de forma escalonada» y se pondrá en marcha en una parte del suburbano en 2020. CCOO recuerda, en un comunicado, que actualmente «los trenes terminan de circular por la mayoría de la Red de Metro todos los días alrededor de las 2 de la mañana, para volver a funcionar apenas 3,5 horas después, sobre las 5:30 horas de la madrugada».
Durante este tiempo, se realizan «diversas actuaciones de mantenimiento a esos trenes», y un horario ininterrumpido «reduciría de forma muy importante las horas necesarias» para realizar unos mantenimientos que garanticen «fiabilidad y disponibilidad». Ello requiere «planificar unos nuevos sistemas» para los mantenimientos nocturnos «en la línea aérea, las señales y en las Vías, así como otras necesidades de limpieza que sólo pueden realizarse cuando la red está totalmente cerrada a los usuarios», agrega.
En la historia reciente de Metro, «diversas voces populares e institucionales» pidieron ampliar la apertura los viernes y sábados, promesas que «suelen realizarse en campañas electorales».
CCOO recuerda que, en 1999 el presidente regional Alberto Ruiz-Gallardón, propuso ampliar una hora los fines de semana, pero «sin ningún tipo de negociación» con los sindicatos quienes lo denunciaron ante los juzgados, que les dieron la razón. En 2003, tras la victoria de Esperanza Aguirre, su consejero de Transportes, Francisco Granados, encargó a Metro y al Consorcio Regional de Transporte estudiar la apertura continuada en fines de semana.
La propuesta era compensar la apertura de viernes y sábados, «adelantando el horario de cierre de toda la red de Metro en una hora y media el resto de la semana, de domingo a jueves, para que esos días los últimos trenes saliesen de las cabeceras a las 24:00 en lugar de a la 1:30 horas».
Argumentaban que después de medianoche «se reducía mucho la demanda de usuarios y se estaba perdiendo mucho dinero, porque apenas lo utilizaban unos 15.000 viajeros», continúa CCOO. Se valoró entonces el incremento del coste en «alrededor de 18 millones de euros, con una demanda de viajeros de alrededor de 8,5 millones al año, unos 85.000 por noche de apertura», agrega.
Pero planteaban aplicarlo «por fases sólo en algunos tramos» de la red, lo que según CCOO crearía «ciudadanos de primera y de segunda».
En 2004, en las negociaciones «no se atendían las demandas» sindicales y había «ambigüedad» en el modelo de seguridad. Además, la propiedad de Metro era compartida por Comunidad y Ayuntamiento. Había discrepancias sobre qué administración asumiría «más de 11 millones anuales, por los servicios de autobuses que también deberían incrementarse», argumentando la Comunidad que «ellos solo calculaban en unos 3 millones ese gasto», según CCOO.
En 2007, se retoma el problema de la seguridad, pero Ayuntamiento y Comunidad «continúan discutiendo quién debería hacerse cargo de la policía para patrullar la apertura nocturna». En 2010, se dice que la apertura nocturna «saldría bastante cara económicamente, que ya existe MetroBuho», una alternativa más rentable económicamente. Ahora, tras el acuerdo de coalición PP-Ciudadanos, vuelve a plantearse la propuesta, a la que CCOO «no se opone» pero reclama «más plantilla, además de implantar y reforzar la Seguridad con más personal y sobre todo con presencia policial dentro de la Red de Metro».
