CCOO reivindica la necesidad urgente de priorizar el aumento de recursos en Atención Primaria en la Comunidad de Madrid, adaptándolos a las necesidades de la población atendida ante la evidencia de que ha sido una de las áreas del sistema sanitario que “más ha sufrido las políticas sanitarias del PP, y ello sobre todo porque en ella se han cebado los desastres sanitarios de la Comunidad”.
“La política del PP en Madrid ha estado guiada por implantar recortes, deterioro y privatizaciones de la sanidad pública, pero estos han tenido mayor incidencia en AP porque es una parte del sistema sanitario donde fracasó su intento privatizador del llamado “Plan de Sostenibilidad” de 2011 y desde entonces, aún más que antes, ha optado por simplemente desatenderla. Un buen ejemplo es su escaso peso en los presupuestos sanitarios, menor aún que el ya reducido que tiene en el conjunto del país (en 2016 el 12% del gasto sanitario madrileño fue a AP, frente al 13,5% de promedio de las comunidades autónomas)”.
Así pues, desde una situación que era mala se avanza hacia otra peor. En 2016 la Comunidad de Madrid es la penúltima comunidad autónoma en el ratio de médicos de AP/1.000 habitantes y la última en el de profesionales de enfermería. Y ello explica por qué las labores que deberían ser consustanciales de la AP (la prevención y la promoción) están prácticamente olvidadas en la sanidad pública madrileña.
Por otro lado, la desaparición de las áreas sanitarias ha empeorado más las cosas al favorecer la descoordinación entre AP y Especializada, que es una de las claves de un buen funcionamiento (eficaz, eficiente y de calidad) del sistema sanitario. “Parece claro que una vez que no pudieron privatizar la AP están optando por desmantelarla, a pesar del gran aprecio que le tiene la población (un 76,1% de la población madrileña si pudiera optar lo haría por la AP pública)”.
Los ratios de profesionales en general están muy por debajo de las necesidades que ésta requiere. Recuérdese que el objetivo de la estrategia AP21 era de 1.500 Tarjetas Médicas Individuales por médico y enfermero.
“A su vez las condiciones de trabajo de los profesionales de AP son cada vez más precarias, lo que dificulta la continuidad asistencial y la confianza de la población en los profesionales. Los centros (centros de salud, servicios de atención rural, etc.) han sufrido el deterioro normal de tantos años sin un mantenimiento necesario”.
