En su discurso ante la Junta Directiva Autonómica del PP de Madrid, Cifuentes ha mencionado los «daños colaterales» que ha sufrido por sus políticas en materia contra la corrupción, y que han sido producidos por las «infamias» de los afectados, en alusión al exconsejero madrileño Francisco Granados. «No nos van a parar, no nos afectan esas estrategias de difamanción, del embuste permanente, las amenazas, las injurias, las calumnias de nadie, al contrario, nos estimula para trabajar con mas ganas y vocación», ha subrayado Cifuentes, que ha remarcado que «tendrán que responder y responderán a los tribunales».
Para Cifuentes el hecho de que la Comunidad de Madrid se personara en el caso Púnica es posiblemente el «origen» de las acusaciones de Granados -es el principal encausado en la trama-, en las que apuntaba que ella conocía la finaciación irregular del PP. La voluntad «firme» del Gobierno regional con la lucha contra la corrupción ha provocado que el PP haya pagado «una importante factura por ello».
Según la presidenta del PP de Madrid, el «tripartito de la oposición» (PSOE-M, Podemos y Cs) ha tratado de «rentabilizar» las declaraciones del exconsejero madrileño, pero ha remarcado que el PP se hace «más fuerte en la adversidad». «El camino elegido no es un camino fácil, es duro, exige renuncias, que a veces te conduce a la incomprension hasta de tus propios compañeros, pero es el único posible: el de la lucha contra la corrupción», ha comentado Cifuentes, que ha relacionado los «ataques recibidos» con su compromiso con la transparencia y la regeneración democrática.
A su juicio, PSOE-M, Podemos y Ciudadanos no están actuado «con coherencia», cuando la labor de control que hacen en los Plenos de la Asamblea no corresponde al actual Gobierno regional, sino a los anteriores. De los 80 plenos que se han celebrado esta legislatura, según Cifuentes, solo en 11 le han formulado preguntas acerca de su Gobierno, lo que debe «reforzar» el compromiso de su Ejecutivo para seguir con sus políticas.
A Podemos lo ha calificado como «el partido del rencor» que trata de «resucitar el odio», y que en lugar de llamarse formación morada debería ser el rojo «de la vergüenza» su color por su «incapacidad» tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento de Madrid, gobernado por Manuela Carmena. Del PSOE-M ha dicho que «vaga sin rumbo» y que ha tratado de «vestirse de morado pero se ha quedado en gris», mientras que de Ciudadanos, «el partido multicolores» y «de ideología mutante», ha criticado su «oportunismo».
Por otro lado, Cifuentes ha insistido ante la Junta Directiva del PP de Madrid, el máximo órgano de dirección, en que el objetivo es recuperar 50 alcaldías en la Comunidad de Madrid para los madrileños «y no para el Partido Popular», al tiempo que ha recalcado la transformación «profunda» que ha vivido el partido desde el Congreso Regional del PP de Madrid en marzo de 2017, y también el Gobierno regional. «Tenemos unas señas de identidad propias y diferentes a gobiernos y ejecutivas anteriores», ha señalado la presidenta del PP madrileño, que ha citado, entre ellas, la «tolerancia cero conra la corrupción» y su compromiso con la regeneración democrática.
