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La Comunidad recupera la Iglesia de Santiago Apóstol, en Sevilla La Nueva

La Comunidad de Madrid ha rehabilitado la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, en Sevilla La Nueva, templo del siglo XVI protegido por su valor histórico-artístico. El Gobierno regional ha invertido 220.000 euros en las obras, que se han realizado en 2010 y 2011 en el marco del convenio de colaboración que mantiene con la Provincia Eclesiástica de Madrid, según explicó el viceconsejero de Cultura y Deporte del Gobierno regional, Javier Hernández.

Las mejoras han consistido en la reparación de las cubiertas de la nave principal, así como en el forjado del suelo del campanario. Al proceder al desmontado de la cubierta, se comprobó que todos los elementos de madera se encontraban muy afectados por la pudrición y que la estructura metálica no reunía las condiciones de seguridad necesarias. Ante esta situación se decidió sustituir la totalidad de los elementos que conformaban la estructura de la cubierta, manteniendo el mismo sistema constructivo.
 
Además, se ha eliminado el falso techo y se han descubierto en los muros de ladrillo de la torre dos arcos de medio punto. En la zona del sotocoro se ha sacado a la luz el aparejo original de la torre, se ha restaurado con mortero bastardo de cal y se ha limpiado el ladrillo, siendo éste el único paramento que se ha dejado como testigo de la fábrica original al estar el resto de los muros muy deteriorados.
 
En el coro se ha retirado la carpintería metálica de cerramiento, que se había instalado en una época anterior, dejando este espacio abierto a la nave, como se proyectó en origen.
 
Seguimiento arqueológico
Para la ejecución de estas obras se ha realizado un seguimiento arqueológico que ha permitido descubrir una cripta que albergaba al menos ocho nichos, perteneciente a los Condes de Sevilla la Nueva, que se puede remontar al siglo XVII y que había quedado oculta. Asímismo, se han descubierto unos espacios abovedados que se comunicaban
mediante un arco de medio punto, entre el cierre de la cripta y el ábside, que responde a una planta de cruz griega y que parecen estar relacionados con una edificación anexa al templo original hoy desaparecida.
 
Dado el mal estado que sufría el suelo de la nave y del presbiterio, se sustituyó el pavimento de tarima por un nuevo solado de granito, ampliándolo a la totalidad de la iglesia, jugando con el despiece para destacar los elementos y estructuras encontrados que nos hablan de la evolución del templo. En concreto, se significó en el solado el dibujo de la traza de la cabecera anterior, que coincide con el muro de cerramiento de la cripta, así como la traza de los dos muretes paralelos que se adosan al muro de cierre occidental del edificio en el sotocoro. En esta misma actuación, se reubicó la pila bautismal, recuperando el lugar que ocupaba originalmente a los pies del templo, según evidencian los restos encontrados.
 

 

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